La Comisión Nacional de Supervisión de China afirmó ayer que el presidente de Interpol, Meng Hongwei, está en el país siendo investigado por sospechas de haber violado la ley, después de días de incertidumbre sobre su paradero. Horas después, la organización policial internacional informó que había recibido la renuncia de Meng, que se ejecutó con efecto inmediato. 

“Meng Hongwei está siendo investigado por sospechas, de acuerdo a las cuales, habría violado la ley”, dice un comunicado difundido en el sitio web de la Comisión Nacional de Supervisión, encargada de los casos de corrupción de los funcionarios públicos chinos. Sin embargo, en la declaración de las autoridades no se dieron detalles más allá de que Meng, de 64 años, se encontraba bajo vigilancia, eufemismo que generalmente se refiere a un encarcelamiento. Normalmente, cuando desaparecen funcionarios chinos de alto rango, está vinculado con causas de corrupción u otras violaciones de las normas disciplinarias del Partido Comunista. Los sospechosos suelen ser llevados a un lugar secreto bajo arresto domiciliario durante las investigaciones. 

“Hoy, domingo 7 de octubre, el secretario general de Interpol en Lyon, en Francia, recibió la dimisión de Meng Hongwei, como presidente de Interpol, con efecto inmediato”, según un comunicado de la organización policial internacional publicado en la red social Twitter. Con su renuncia, el vicepresidente senior Kim Jong Yang, de Corea del Sur, se convertirá en el presidente en funciones, indicó Interpol, sin brindar más detalles en su texto. Durante la Asamblea General del organismo en noviembre se votará al sucesor.

Ayer, antes de los comunicados cruzados, Grace Meng, la esposa del ex presidente de Interpol, había dicho que creía que su marido se encontraba en peligro y había pedido a la comunidad internacional que interviniese para aclarar su paradero. “Este caso concierne a la comunidad internacional”, dijo con voz temblorosa en una declaración leída en chino y luego en inglés, en una rueda de prensa en la ciudad francesa de Lyon.  La familia de Meng había perdido contacto con él luego de que éste viajara desde Francia, donde tiene su sede Interpol, a China, el pasado 25 de septiembre. Esta es la última desaparición hasta la fecha de un alto responsable en China, donde varios dirigentes gubernamentales, magnates e incluso una celebridad estuvieron desaparecidos durante semanas, o incluso meses.

Aunque no se haya dicho oficialmente, cabe la posibilidad de que Meng,  electo en 2016 a la cabeza de Interpol, habría sido víctima de la campaña anticorrupción lanzada por el presidente Xi Jinping después de su llegada al poder, en 2012. Según cifras oficiales, 1,5 millones de responsables ya fueron investigados en el marco de esta campaña, de la que se sospecha que también sirve para perseguir a los opositores. Según el periódico South China Morning Post, el pasado 30 de septiembre se celebró una reunión de altos dirigentes del Partido Comunista chino en la que el ministro de Seguridad Pública, Zhao Kezhi, dio detalles de una conversación que mantuvo con Ding Xuexiang, jefe de gabinete del presidente chino, Xi Jinping, en la que al parecer se hizo hincapié en la urgencia de incrementar la vigilancia contra la corrupción. 

Meng Hongwei escaló posiciones en el aparato de seguridad del país cuando éste estaba dirigido por Zhou Yongkang, un rival del presidente Xi que actualmente cumple una pena de cadena perpetua. Zhou, condenado en junio de 2015 por corrupción, abuso de poder y divulgación de secretos de Estado, es la personalidad de mayor rango del régimen chino víctima de la campaña anticorrupción. Zhou mombró a Meng viceministro de Seguridad Pública en 2004, un puesto que tiene a cargo numerosos casos sensibles, como la lucha antiterrorista.

En marzo, China creó un órgano extrajudicial, la Comisión Nacional de Supervisión, con la que busca ampliar la caza a los corruptos a toda la función pública. A los defensores de los derechos humanos, sin embargo, les preocupa que sea una especie de fachada legal para una represión que llevó a detenciones secretas. Por ello, cuando Meng se convirtió en 2016 en el primer presidente de Interpol de nacionalidad china, la organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional reaccionó preocupada. La ONG acusó entonces a Beijing de intentar usar a Interpol para buscar disidentes y activistas de la oposición refugiados en el extranjero. Pero la organización policial intentó calmar las preocupaciones recordando que el artículo 3 de su estatuto estipula que está rigurosamente prohibida a la organización toda actividad o intervención en cuestiones o asuntos de carácter político, militar, religioso o racial.