El lunes pasado, una mujer fue obligada a sacarse un short de baño para poder ingresar a las piletas de las termas de Cacheuta. La empresa tiene un reglamento de vestimenta que aplica solo a las mujeres: no pueden usar pantalones cortos, solo bikinis o mallas. Por si esto fuera poco, cuando la mujer se quejó en las redes sociales de la empresa, borraron sus comentarios y la bloquearon por considerarla parte de “un grupo de feministas que lo único que hace es quejarse por tonteras”.
Solange Acosta tiene 26 años, vive en San Isidro y trabaja en una empresa de tecnología. Decidió tomarse un fin de semana largo aprovechando que el lunes 24 de septiembre fue feriado para el sector de comercio. Viajó con una amiga a Mendoza y el lunes visitó las Termas de Cacheuta. Lo que hasta ese momento iba a ser un día de relax, se confirtió en un día de furia.
Su amiga había visto un cartel que la preocupaba. “No shorts” decìa el cartel. En la imagen dos caricaturas de mujeres sonríen aceptando la norma. Y lucen dos shorts en sus manos con una cruz marcando su prohibición.
Solange no pensó que sería en serio hasta que estuvo a punto de tirarse de un tobogán y un muchacho que cuidaba el área le dijo que se tenía que sacar el short. Ella llevaba un short de baño como los que lucían en esas termas la mayoría de los hombres. Entonces preguntó por qué y el muchacho dijo que esas eran las reglas del lugar.
Enojada pero sin encontrar respuestas, intentó acatar la regla, se sacaba el short y se quedaba en bikini cada vez que quería meterse a una pileta y volvía a ponerse el short cuando salía. “Me sentía una criminal, sentía que todos me miraban, hasta que indignada me dije que no podía ser”, contó Solange a este diario. Pidió por un superior y la persona a cargo insistió con la misma respuesta: son las reglas del establecimiento. El diálogo que siguió fue más o menos así:
–¿Vos sos consciente de que tu regla es machista? –le dijo Solange.
–Son las reglas. Hay un cartel que lo dice –se limitaba a contestar la mujer.
Y también decía, palabras más palabras menos, que si no le gustaban las reglas podía irse.
–Todos los hombres tienen puesto un short de baño como este que tengo yo, ¿por qué me hacés sacármelo?
–La regla es solo para las mujeres.
“¡Me sentí hiperdiscriminada y humillada al verme obligada a quitarme mi short de baño y tener que meterme en el agua en bikini!”, dijo Solange repasando el episodio.
En esa puja se enteró que sí podía meterse con un short de lycra. Entonces alquiló un short de ese material y con ese sí le permitieron entrar. ¿Cuál era la diferencia entre uno y otro? Que el primero era suelto y el segundo era totalmente apretado al cuerpo y le marcaba todas las curvas.
“Esto es ofensivo para las mujeres y también para las personas que no se identifican con su sexo designado al nacer y que no transicionaron”, agregó a este diario.
De vuelta de la escapada de fin de semana, la bronca siguió. Apeló al escrache en la página de Instagram de la empresa, pidiendo respuestas. La explicación fue que “si permitimos (los shorts) luego piden remera, luego pantalones mas largos y así no termina nunca”. Ante una respuesta tan inconsistente, que no explica por qué la regla corre para las mujeres pero no para los hombres, Solange insistió y los comentarios fueron borrados sistemáticamente. La aclaración a esto fue que “no borramos las malas noticias. Solo cuando hay un grupo de feministas que lo único que hace es quejarse por tonteras”.
El lugar ya fue denunciando por situaciones similares. El año pasado una joven que profesa el islamismo también denunció al lugar porque le prohibieron el acceso a las aguas termales. El hecho ocurrió el 25 de diciembre y se conoció en abril. La joven de 21 años, estudiante universitaria argentina y residente en Mendoza, vestía un “burkini”, una malla de cuerpo completo, y le impidieron entrar a las piletas por no cumplir las reglas de vestimenta.