El secretario de Energía, Javier Iguacel, anticipó en los últimos días que el aumento promedio de las tarifas del gas será de 35 por ciento en promedio, pero olvidó aclarar que para las dos categorías residenciales de menor consumo (R1 y R2), que concentran el 55 por ciento de los clientes, la suba en el Área Metropolitana de Buenos Aires llega al 50,4 por ciento y en un año acumula un incremento de 218 por ciento. Las cifras se desprenden de los cuadros tarifarios que el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) subió a su portal y que hoy serán publicados en el Boletín Oficial.
A Iguacel le preguntaron el sábado si las categorías más bajas iban a pagar un aumento mayor. “Es un poquito mayor”, respondió, pero evitó decir que estaría 15 puntos por encima del promedio. Tal vez para que los portales y los diarios del domingo no pusieran que la suba en Capital Federal y Gran Buenos Aires llegaría al 50 por ciento.
Con los nuevos valores, un cliente residencial de Metrogas de la categoría más baja (R1) que consume 80 m3 por bimestre pagará 164,64 pesos de cargo fijo y 705,6 pesos de cargo variable (80 m3 x 8,82 pesos). A esos 870,24 pesos se le debe sumar un 21 por ciento de IVA. Por lo tanto, la factura final sería de 1053 pesos, sin contar otros impuestos menores. Desde abril, ese usuario venía pagando por el mismo consumo 137,58 pesos de cargo fijo y 440,8 pesos de cargo variable (80 m3 x 5,51 pesos). Una vez sumado el IVA, la factura final había sido de 699,8 pesos. Por lo tanto, el aumento que tendrá que afrontar será de 50,4 por ciento.
En octubre del año pasado, un R1 que consumía los mismos 80 m3 pagaba 58,75 pesos de cargo fijo y 215,2 pesos de cargo variable (80 m3 x 2,69 pesos). Con el IVA la factura trepaba a 331,5 pesos. Si a esa cifra se la compara con los 1053 pesos que tendrá que pagar ahora en un año la suba llega al 217,6 por ciento.
A fines de 2015, ese mismo usuario con un consumo bimestral de 80 m3 pagaba 13,55 pesos de cargo fijo y 38,4 pesos de cargo variable (80 x 0,48 pesos), cifra que con el IVA llegaba a 62,80 por bimestre. Con los aumentos que ya se aplicaron y el que regirá a partir de ahora, ese cliente habrá pasado a pagar 1053 pesos, un 1576,7 por ciento más, frente a una inflación de 120 por ciento.
Esta nueva suba se combina con el recorte de beneficios que este mismo gobierno había introducido durante la gestión del ex ministro de Energía, Juan José Aranguren, para atenuar el impacto de los tarifazos en los sectores de menos recursos. A través de la resolución 14/18, Iguacel decidió que a los beneficiarios de la tarifa social sólo se les subsidiará un bloque de consumo mínimo, que varía según la distribuidora y el mes, mientras que al excedente se le aplicará el precio pleno. Además, se elimina la bonificación de 10 por ciento para los usuarios residenciales que pudiesen reducir su consumo un 20 por ciento respecto al mismo período de 2015.
Como si todo esto fuera poco, la Secretaría de Energía resolvió el viernes que a partir de enero los usuarios del servicio de gas natural deberán cancelar en 24 cuotas con interés el ingreso adicional en pesos que recibirán las petroleras por la devaluación registrada entre abril y septiembre, pues los contratos están dolarizados.
Frente al combo explosivo que incluye tarifazo, recargo por suba del dólar y quita de beneficios, lo único que adelantó Iguacel es que a partir del año próximo se implementará una tarifa plana para que se prorratee durante todo el año el pago correspondiente a los picos de consumo que se suelen registrar en el invierno. El proyecto fue propuesto por algunas empresas del sector en la audiencia pública de noviembre de 2017, pero Aranguren lo había desestimado porque dijo que al usuario no le iba a quedar claro qué es lo que estaba pagando y eso iba a terminar desincentivando el ahorro. Ahora Iguacel volvió a retomar la iniciativa para tratar de disimular el impacto que tendrían los aumentos en las facturas del invierno próximo.