“Los deportistas más perfectos, por tanto, son los pentatletas, porque en sus cuerpos se combinan en perfecta armonía, la fuerza y la velocidad”, así se refería Aristóteles a la competencia con la que culminaban los Juegos Olímpicos en la Antigua Grecia: el pentatlón. Lejos en el tiempo y el espacio, aquí y ahora, Líbero dialogó con Martina Armanazqui Tur (15 años, una de las más jóvenes del certamen) y Franco Serrano (17), que representarán a la Argentina en la categoría pentatlón moderno durante los JJ.OO. de la Juventud.
–A días de su presentación en los Juegos (pentatlón comenzará el viernes 12), ¿cómo viven esa previa?
Marina Armanazqui Tur: –Que empiecen ya, ¡ya! Yo entreno acá (en el Cenard) desde hace tres años y estoy viviendo acá desde principio de año.
Franco Serrano: –Yo estoy tranquilo. Tuvimos torneos grandes igual ya, pero esto es lo más grande.
–Ambos son de José C. Paz, ¿se conocen de toda la vida?
F. S.: –Nos conocemos desde muy chicos, desde los cinco, seis años.
A. T.: –Yo me acuerdo la primera vez que lo vi a éste y a la hermana. La hermana se tiró (a la pileta) y empezó a hacer cualquier cosa, yo dije ‘ésta quién es’. Me sacó, por eso me acuerdo. Después nos llevamos re bien. Pero llegó, hizo cualquier cosa y movió todo (risas).
–¿Y cómo llegaron a un deporte tan específico como el pentatlón?
F. S.: –Los dos éramos nadadores y había un profesor de esgrima, que también era de pentatlón, que llevaba a su hijo al mismo club de José C. Paz (Estrada) donde nadábamos y así fuimos entrando.
A.T.: –Antes había empezado mi hermano y yo lo iba a ver. Mientras unos hacían esgrima, otros corrían, hacían tiro. Yo no entendía nada. Era todo re emocionante. Estaba ahí, todo a la vez. Y eso me había re llamado la atención. Además, es muy entretenido de ver.
F. S.: –Claro, al principio mucha idea no teníamos. Sólo íbamos a correr y a nadar. Después, de a poco fuimos viendo cómo competían los más grandes y nos fuimos metiendo. Al principio era todo medio extraño, porque no tiene nada que ver con nada. Además, son deportes que no entendés. Lo único que entendía era la natación. O correr, porque hay que correr para adelante.
–En estos Juegos no van a poder hacer los relevos juntos...
F. S.: –En los Juegos, relevo es mixto entre mujer y varón y mix entre países. El primer varón con la última mujer y la primera mujer con el último varón y así. En Mundiales y eso, hacemos equipo por país. Acá no.
–¿Y cómo es esa experiencia de equipo? ¿Llegan a recriminarse?
A.T.: –Hay veces y hay veces (risas). Hay que saber entender.
F. S.: –En los relevos por ahí tu compañero tiene un mal día y no podés quejarte. Mientras que de todo, no podés quejarte de nada.
A.T.: –Por ejemplo en el Mundial nos había pasado que Franco ya había corrido semifinal, descansó un día, final, descansó un día, relevo masculino y al otro día, relevo mixto. Yo no le podía pedir nada.
F. S.: –Yo termine ahí, no sabés. Parecía que me habían tirado dos tiros, ¡plum plum!, en las rodillas.
–¿A dónde apuntan en estos Juegos?
F. S.: –La medalla. Sé que es algo complicado, no va ser fácil pero no es imposible. Me medí mucho con los chicos, sé quiénes van, y en pentatlón pasa que por ahí hay un favorito viste... Siempre hay favoritos, en todos los deportes, pero en pentatlón por ahí a ese le va en algo mal y ¡blum!, se va al fondo. Suele pasar eso.
A. T.: –Es que tenés que tener tu día, tiene que ser tu día. El objetivo es tener una buena competencia. Intentar mejorar la esgrima... O sea, mientras que la esgrima salga, sé que lo físico va a andar, dentro de todo, bien. Pero hay que estar despierto. La cabeza te puede jugar mucho en contra, entonces vos tenés que estar tranquilo.
–¿Van a tener a sus familiares en la tribuna?
A.T.: –Yo creo que sí, nunca me vieron competir. Mi mamá, por ejemplo, trabaja mucho todos los días y, además, este año tuvimos mucha competencias afuera y no es que ella puede ir a verme. Entonces me re gusta que vaya porque va a poder ver lo que pasa en realidad cuando estoy afuera y eso. Además, mis amigos, que tampoco me vieron nada.
F. S.: –Para mi también, es el mismo caso.
–¿Se toman la libertad de mirar a las tribunas y hacerles algún gesto?
A.T.: –No, no podría jaja.
F. S.: –Yo igual soy por ahí bastante frío con eso, como que por ahí están ahí (los familiares) y ni les sonrío.
A.T.: –Mi mamá igual es de hablar un montón así que yo le dije ‘vos calladita, vos mirá y después hablamos’ jaja.