Cada año, la Biblioteca Internacional de Münich selecciona un puñado de libros, entre los que la institución recibe de todo el mundo, recientemente publicados. White Raven, cuervo blanco, es una expresión inglesa que se aplica a todo aquello que posee una singularidad extraordinaria. Los White Ravens son, entonces, un reconocimiento otorgado a aquellas obras infantiles y juveniles que esta biblioteca ha considerado las más destacadas según su criterio. Y un reconocimiento, por cierto, muy apreciado en el mundo de la LIJ. Este año fueron destacados 200 títulos en 38 idiomas. Entre los seleccionados en español, hay dos editados en la Argentina: Uno fue escrito a cuatro manos por Andrea Ferrari y Martín Blasco, Quizás en el tren, editado por Loqueleo. En el otro, Cuentos cansados, Diego Bianki ilustra las historias que el uruguayo Mario Levrero le contaba a su hijo Nicolás (publicado por Pequeño Editor). Hay otros de autores argentinos: No somos angelitos, del ilustrador radicado en España Gusti, publicado en México por Océano. Y con textos del guatemalteco Mario Chavarría, ilustraciones de la argentina Marcela Calderón, y edición de la uruguaya Amanuense, Y de postre… Una esdrújula. “Los dos destacados autores argentinos se han dejado llevar por una aventura. Cada uno de ellos se convirtió en protagonista: Ferrari, una joven de la comunidad china de la capital argentina, Blasco, un carterista ‘profesional’ seguro de sí mismo”, describe el jurado a Quizás en el tren, y lo evalúa así: “un libro bien redondeado y digno de leer surge de este proceso de escritura inusual y colaborativo”. Sobre Cuentos cansados, destaca las ilustraciones y la técnica de grabado de Diego Bianki como “maravillosas”.