Los partidos independentistas perdieron la mayoría ayer en el Parlamento catalán cuando Junts per Catalunya (JxCat) y Esquerra Republicana (ERC) rompieron la unidad del bloque soberanista.
Las diferencias entre ambas fuerzas venían sintiéndose hace ya un tiempo, pero la crisis se agudizó en los últimos días con opiniones encontradas sobre el futuro del accionar parlamentario de los diputados procesados por el intento independentista. El Tribunal Supremo español había ordenado la suspensión de los diputados separatistas (procesados y encarcelados o fugados), pero JxCat y ERC habían acordado rechazar su suspensión, y proponer, en cambio que delegaran un sustituto y salvar así la mayoría independentista en el Parlamento regional.
Sin embargo, JxCat cambió después de postura y consideró suficiente con que sus cuatro diputados suspendidos delegaran el voto, como habían hecho hasta entonces. ERC se alineó entonces ayer con el Partido Socialista de Cataluña y rechazó la posición de sus socios. Esta movida llevó a que la mesa del Parlamento –órgano de Gobierno de la Cámara– tenga que rechazar que los parlamentarios suspendidos puedan delegar el voto, por lo que se perderán sus cuatro votos.
Los cuatro diputados de JxCat, entre quienes se encuentra el ex presidente catalán Carles Puigdemont, emitieron un comunicado en el que confirmaron que no designarán un sustituto. “Si finalmente la decisión de la Mesa es impedir el ejercicio de nuestro derecho a voto, hemos de manifestar que nosotros asumiremos la decisión y que nuestros derechos dejarán de ser contabilizados”, expresaron los legisladores en el escrito, recogido por la prensa española. “Nuestra voluntad ha sido y sigue siendo preservar la soberanía plena del ‘Parlament’ y mantener la mayoría del ‘Govern’ actual. Estamos convencidos de que la mayoría de 61 diputados permitirá mantener el actual ‘Govern’ y seguir impulsando el proyecto republicano”, agregaron.
Con su postura, ERC trataba de evitar una nueva imputación de la Justicia española por desobediencia después de que los letrados del órgano legislativo advirtieran en un informe de que si los diputados suspendidos no designaban un sustituto no podrían votar y, si lo hicieran, los acuerdos adoptados serían considerados nulos.
Las fuerzas independentistas tenían hasta ahora una mayoría de 70 escaños gracias a los 34 de JxCat (centroderecha), los 32 de ERC (izquierda) y los 4 de la CUP (radicales de izquierda). Pero los soberanistas solo suman ahora 65 diputados –a tres de la mayoría absoluta de 68– sin los cuatro votos de los diputados procesados de JxCat ni del exconsejero regional de Salud Antoni Comín (ERC), también huido en Bélgica. Los partidos no independentistas –desde el centroderecha hasta la izquierda– suman también 65 escaños, de manera que los soberanistas tampoco tienen garantizado imponerse en votaciones por mayoría simple. Con esta fractura, el independentismo queda así en minoría en el Parlamento y se ve obligado a buscar alianzas con otras fuerzas para sacar adelante propuestas.
“El independentismo está muy fracturado”, dijo ayer el ministro español de Exteriores, Josep Borrell, quien consideró que lo ocurrido ayer era un comportamiento completamente anormal en democracia.
Desde el Ejecutivo de Quim Torra, donde ambas fuerzas también son socias, se rechazó que las discrepancias entre JxCat y ERC y la pérdida de mayoría parlamentaria lo dejen herido. “No tiene por qué afectar a la acción del ‘Govern’”, dijo su portavoz, Elsa Artadi.
Pocas horas después del desencuentro, el independentismo no logró el apoyo suficiente a una propuesta para reivindicar la autodeterminación de Cataluña, algo inédito en el último año. Tampoco logró los votos necesarios para reprobar al rey español Felipe VI por un discurso del 3 de octubre de 2017 en el que, estiman, se posicionó en contra las instituciones catalanas y sus representantes. Sí pudieron sacar adelante otra iniciativa, gracias al apoyo del grupo izquierdista Catalunya en Comú Podem, para que el Gobierno de Torra negocie con el Ejecutivo español de Pedro Sánchez un referéndum soberanista acordado, vinculante y reconocido internacionalmente.
Oriol Junqueras, líder de ERC, pidió preservar la mayoría independentista, en un mensaje en su cuenta de la red social Twitter. “Por encima de todo tenemos que preservar la mayoría independentista, no nos podemos permitir poner en riesgo la gesta del 21-D”, publicó.
La portavoz de ERC en el Parlamento catalán, Anna Caula, afirmó que a su partido no le gusta que haya discrepancias entre las formaciones soberanistas y pidió trabajar para rehacer la unidad independentista y preservarla. La portavoz adjunta de JxCat Gemma Geis admitió, por su parte, la necesidad de ser autocríticos, insistió en que la cámara legislativa no vive una situación normal y que JxCat y ERC han tenido que hacer frente a dificultades por la represión del Tribunal Supremo.
Hasta ahora, el bloque separatista se había mantenido unido en el marco de sus planes para tratar de convertir a Cataluña en una república independiente. En las elecciones regionales de 2015, el partido que lidera JxCat y ERC concurrieron juntos a las urnas.