El Brexit se ha convertido en el gran catalizador de la política británica. Los Laboristas de Jeremy Corbyn, que no buscan un segundo referendo, criticaron la estrategia de abandonar el mercado único europeo. “Muchos trabajos dependen de nuestro acceso al mercado único europeo. Necesitamos ese tipo de acuerdo. Queremos asegurar que nuestra industria tenga mercados”, dijo Corbyn. Los Liberal-demócratas, relegados en las últimas elecciones a un cuarto puesto, sueñan con un regreso de la mano de una posición dura pro-europea que incluya un nuevo referendo sobre la pertenencia o no a la Unión Europea. “Theresa May dice que la gente votó a favor de dejar el mercado único. No es verdad. La gente votó el punto de partida, ahora debe tener un voto sobre el punto de llegada. Si no es un robo a la voluntad democrática”, dijo el líder liberal-demócrata Tim Farron.
Los nacionalistas escoceses, tercera fuerza parlamentaria, también se sienten estafados. En 2014 perdieron el referendo para una independencia de Escocia en gran parte por una campaña del miedo que incluía el peligro de quedar fuera de la UE si lo hacían. En el referendo del 23 de junio votaron mayoritariamente a favor de permanecer en la UE. “Dije que era muy probable que impulsemos un segundo referendo sobre la independencia de Escocia. Este anuncio lo hace mucho más probable”, dijo la líder de los Nacionalistas Escoceses Nicola Sturgeon. Los sindicatos también se oponen a los anuncios de May. “Fuera del mercado único europeo, probablemente fuera de la Unión Aduanera, la inversión en sectores clave como el automotriz, químicos, aeroespacial y hasta el sector alimenticio se verán amenazados por el costo adicional que significará la perturbación de las cadenas productivas. La primer ministro debe dejar de escuchar a los fanáticos del Brexit en su gabinete”, dijo Len Mc Cluskey, secretario general del más importante sindicato británico.
En el sector empresario, que estuvo mayoritariamente a favor de seguir en la UE, y en el mismo bloque europeo hubo un cierto alivio de que finalmente hubiera un plan. “Ahora que sabemos que dejaremos el mercado único europeo, las empresas podrán planear una estrategia”, dijo Allie Renison del Institute of Directors. Por su parte Paul Everitt, CEO de la Industria de Aeroespacio y Defensa, señaló que era “esencial que se establezca este acuerdo transicional para evitar una perturbación de las cadenas de producción que golpee la competitividad global británica”.
En la Unión Europea, el presidente de su brazo ejecutivo, Donald Tusk envió un lacónico Twitt. “Triste proceso, plazos surrealistas, pero al menos un anuncio más realista sobre el Brexit”. La reacción de la mayoría de los líderes europeos se dividió entre el lamento y el rechazo. La líder de la ultraderecha francesa y candidata de las elecciones presidenciales de abril, Marie Le Pen, fue una excepción. “Esta declaración les hará tragarse sus propias palabras a los líderes de la Unión Europea que creyeron que ella vendría temblando a implorar por un soft Brexit”, dijo.