El Fondo Monetario Internacional advierte que las economías emergentes están expuestas a una estampida de capitales de similar magnitud a la experimentada durante la última crisis financiera global. A diferencia de aquel episodio donde el impacto financiero en Argentina fue limitado, en esta oportunidad el país forma parte del pelotón más vulnerable. El Informe sobre la Estabilidad Financiera Mundial presentado ayer en Bali, Indonesia, sostiene que Argentina no está en condiciones de enfrentar una crisis externa. “Frente a la desafiante situación externa, contar con amortiguadores adecuados para hacer frente a potenciales situaciones de escasez de divisas se convierte en una situación crítica”, enfatiza el documento. Luego considera que el país exhibe “un extenso stock de pasivos externos que los exponen a los desajustes cambiarios y riesgos para renovar sus vencimientos de deuda”. También afirma que Argentina “tiene bajos amortiguadores de reservas que hacen más difícil absorber shocks externos”. Ninguno de los instrumentos sugeridos en el reporte del FMI para hacer frente a las persistentes presiones externas está vinculado a la administración del mercado cambiario y financiero.
“De ampliarse o intensificarse las presiones sobre las economías de mercados emergentes, los riesgos para la estabilidad financiera aumentarían considerablemente. A mediano plazo hay una probabilidad de 5 por ciento de que las economías de mercados emergentes experimenten salidas de flujos de cartera de deuda de 100.000 millones de dólares”, estimó ayer el Consejero Financiero del FMI, Tobías Adrian. “Los riesgos a corto plazo del sistema financiero mundial han aumentado en los últimos seis meses. Las tensiones comerciales se han agudizado, las incertidumbres en torno a las políticas han aumentado en una serie de países, y algunas economías de mercados emergentes están enfrentando presiones del mercado financiero”, consideró el funcionario del organismo multilateral.
La explicación es compartida con el gobierno argentino para quien la creciente vulnerabilidad se explica con dos palabras: “Pasaron cosas”. Desde esa perspectiva, la persistente vulnerabilidad externa del país es ajena al proceso de desregulación cambiaria, apertura financiera, liberalización comercial y quita de retenciones. “En algunos mercados emergentes, notablemente Argentina y Turquía, las vulnerabilidades externas y los riesgos específicos a esos países llevaron a devaluaciones de gran magnitud, intensificando las preocupaciones sobre el estado de los bancos domésticos y posibles contagios hacia otros países”, relata el documento, difundido en el marco de las reuniones anuales del FMI que se celebran en Bali.
“Países con grandes vulnerabilidades externas y marcos de política económica débiles como Argentina y Turquía vieron depreciarse sus monedas y una ampliación en la percepción de riesgo más profundas que las de sus pares”, sostiene el reporte. Las estimaciones del FMI muestran que el país registró la mayor devaluación del mundo desde abril. Asimismo, ubican a la Argentina como la segunda economía más castigada por el incremento en el riesgo país solo detrás de Líbano.
“Los riesgos siguen siendo elevados. No cabe duda de que el sistema financiero es más sólido ahora que antes de la crisis financiera mundial. Sin embargo, las vulnerabilidades continúan acumulándose, y el nuevo sistema financiero aún no ha sido puesto a prueba. Se necesitan medidas adicionales para mejorar su resiliencia”, consideró Adrian, quien también se desempeña como Director de Asuntos Monetarios y Mercados Financieros del FMI. De acuerdo a la evaluación interna de la economía argentina que realizó el staff del organismo en julio, esa área quedó a cargo de elaborar una hoja de ruta para enfrentar una posible corrida bancaria en el país. Aquel documento anticipaba que los técnicos del FMI desarrollarían “una estrategia contingente en el caso de que existan tensiones significativas de liquidez (por ejemplo, por la salida de depósitos) o el deterioro de los balances por un incremento sustantivo de préstamos malos”.