El conservador italiano Antonio Tajani fue elegido ayer presidente del Parlamento Europeo (PE) tras cuatro maratónicas rondas de votación con el apoyo, principalmente, de los conservadores y liberales de la Eurocámara.
En la última vuelta, en la que ya solo compitieron Tajani (Partido Popular Europeo) y el socialdemócrata Gianni Pittella, el primero consiguió imponerse con 351 votos frente a 282. Se convierte en el primer presidente italiano del Parlamento Europeo como tal, aunque antes de 1979, cuando no existía sufragio universal, sí hubo italianos en la presidencia.
Tajani, nacido en Roma hace 63 años, es miembro fundador de Forza Italia. Fue portavoz del primer líder de la formación, Silvio Berlusconi, aunque consiguió en los últimos años que la sombra de su primer “padre” político no fuera demasiado alargada. Licenciado en Derecho, ejerció de periodista parlamentario en Roma y fue oficial del Ejército del Aire italiano. Sonriente, buen comunicador y con gran capacidad social, Tajani es experto en el trato en las distancias cortas. En su discurso como candidato del PPE, en el que dijo que pone su “experiencia a disposición” de los europeos, Tajani habló en inglés, francés, italiano y español.
Con Tajani, candidato del Partido Popular Europeo (PPE), los conservadores ya cuentan con las presidencias de las tres principales instituciones (Jean Claude Juncker está al frente de la Comisión y Donald Tusk del Consejo). Además, con él los italianos quedan “sobrerrepresentados” en los altos cargos de la órbita comunitaria pues Federica Mogherini es la alta representante para la política Exterior de la UE y Mario Draghi presidente del Banco Central Europeo.
Aunque el sufragio es secreto, el pacto alcanzado entre liberales y populares deja entrever que la mayoría de los parlamentarios del grupo de Guy Verhofstadt se inclinaron por Tajani. Los liberales cedieron su apoyo a cambio de diversos cargos en la Eurocámara (encabezados por dos vicepresidencias) así como por el refuerzo del papel de Verhofstadt como “negociador” del PE para el “Brexit”.
Por otro lado, y aunque no existía un pacto escrito, también contó Tajani con el apoyo de buena parte de los conservadores y reformistas en la cámara, el tercer grupo en número de escaños, que propusieron hasta el último momento sin éxito a su propia candidata, la belga Helga Stevens. Para contrarrestar la agenda europeísta prometida a los liberales, Tajani, de 63 años, ha hecho varios guiños en relación a la vigilancia de fronteras y refugiados a los conservadores y reformistas, con los que no existía un pacto por escrito.
Al grupo de los conservadores y reformistas, además de los diputados del partido del ex primer ministro David Cameron, el hombre que dio luz verde al referéndum de salida de Reino Unido en la UE, también pertenecen los conservadores polacos euroescépticos.
Improductivos fueron los esfuerzos de Pittella para conseguir a su favor los votos de Verdes y la Izquierda Unitaria, que colocaron al CETA como principal línea roja. Los apoyos resultaron insuficientes. Con todo, ni siquiera consiguió Pittella todos esos apoyos y eurodiputados de la Izquierda Unitaria, como los españoles de IU, prefirieron abstenerse.
Por el camino tras las tres primeras votaciones quedaron otros cuatro candidatos: Helga Stevens (Conservadores y Reformistas), Elenora Forenza (Izquierda Unitaria), Jean Lambert (Verdes) y Larentiu Rebega (Europa de las Naciones y la Libertad). Ni siquiera llegó a ser candidato en las votaciones Verhofstadt, al haber alcanzado el pacto con el PPE.
La elección a presidente de la Eurocámara que le dio la victoria a Tajani es la primera en más de 30 años en la que no estaba decidido de antemano por el pacto de los grandes partidos para repartirse la legislatura en dos turnos de dos años y medio.
Tan solo la primera legislatura de la Eurocámara (1979-1984), tal y como la conocemos hoy –con sufragio universal–, tuvo dos presidentes elegidos libremente por los eurodiputados sin pactos ni coaliciones de los grandes grupos. Fueron la liberal francesa Simone Veil (1979) y el socialista holandés Pieter Dankert (1982). La elección de Dankert es la única de la historia en la que se ha llegado a una cuarta ronda.
En la primera parte de esta legislatura, fue el socialdemócrata alemán Martin Schulz el presidente de la Eurocámara, cargo que ya ocupó de 2012 a 2014, convirtiéndose en el primero que ejerce el puesto durante cinco años.
El PPE (215 escaños) reivindicó que ahora es su turno para presidir la Eurocámara, pero los socialdemócratas (190) consideraron que los conservadores no pueden liderar todas las instituciones de la Unión Europea. Esta disputa rompió la llamada “gran coalición” que se rubricó tras las últimas elecciones de 2014 entre populares, socialdemócratas y liberales para frenar a los eurófobos y sacar adelante los grandes temas de la Legislatura.