“Yo no le pedí ni le voy a pedir la renuncia del Ministro Garavano al Presidente. Lo que dije esta mañana fue una broma, no condiciono ni disputo autoridad”. Con estas palabras, Elisa Carrió trató de calmar a través de Twitter la interna de Cambiemos. Lo hizo horas después de ratificar que no cejaría en su intento por conseguir la salida de Garavano del gabinete.
La líder de la Coalición Cívica fue más allá y afirmó que “en aras de distender esta situación” va a “posponer” por unos días el pedido de juicio político “que ya hemos elaborado” contra el ministro de Justicia. Y aprovechó para disculparse “por la forma”, aunque se encargó de decir que “ratifico lo dicho porque es verdad” y que cumple con su rol de diputada al pedir juicio político.
La temperatura entre los socios de Cambiemos había subido al máximo cuando Carrió afirmó esta mañana en el CCK que “voy a amigarme con el Presidente cuando me lo saque a Garavano", antes de compartir un acto con Mauricio Macri. Ambos se saludaron con frialdad tras las palabras de la diputada, que no tolera la presencia de Garavano en el Gobierno luego que este afirmara, hace una semana, que “nunca puede ser bueno que un ex presidente esté detenido”, en relación a Cristina Fernández de Kirchner. “Perdí la confianza en el Presidente”, llegó a decir Carrió el pasado fin de semana, luego que este respaldara a su ministro.
"Hubo muchas cosas raras", dijo hoy una enigmática Carrió sobre su inquina hacia el ministro, al tiempo que ratificó su intención de llevar adelante un juicio político que, ahora, a través de las redes sociales, parece quedar en suspenso.