El W20 tuvo como protagonistas a mujeres del poder que hablaban de la invisibilidad de las mujeres populares (sin mujeres populares). En cambio, en el Encuentro de Mujeres el poder es de todas las mujeres. La élite vs la multitud. La horizontalidad vs el verticalismo. La meritocracia vs las condiciones justas. La autonomía vs la dependencia. El cambio vs el maquillaje. El cambio para que nada cambie vs el cambio para que todo cambie. El juego de las diferencias entre la cumbre política y la política feminista es un álbum que pone de relieve las antípodas entre una agenda de género para acomodar los tantos o un feminismo diverso, pero unificado en la voluntad de transformación real y resistencia frente al avance conservador.
El W20 es un grupo que eleva recomendaciones al G20 (grupo de los diecinueve países más poderosos, más la Unión Europea) pero no son vinculantes (no son obligatorias). El 1º,2 y 3 de octubre se realizó la cumbre en el CCK, en la Ciudad de Buenos Aires, a la que asistió el presidente Mauricio Macri y su esposa, Juliana Awada. Su contracara se va a llevar adelante en el 33° Encuentro de Mujeres, de Trelew, donde se espera que lleguen cincuenta mil mujeres de todo el país. De hecho, los paneles fueron integrados en un 55 por ciento por representantes de corporaciones internacionales y/o fundaciones vinculadas y esa presencia fue criticada por organismos de la sociedad civil como Amnistia Internacional, Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes) y Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA).
Una cosa es pedir más derechos para todas y otra practicar un Rappi feminismo. “El W20 convocó a representantes de empresas que potencian la uberización de la economía y la generación de empleos precarios y sin protección, principalmente para las y los jóvenes”, critica Flora Partenio, feminista y lesbiana, activista de la red DAWN (por sus siglas en inglés Mujeres por un Desarrollo Alternativo para una Nueva Era) y de la Cátedra Libre Virginia Bolten, que fue una de las promotoras del Foro Feminista contra el G20 “No en Nuestro Nombre”. “La diferencia es que la cumbre internacional del W20 está liderada por mujeres de los negocios, empresas y laboratorios de ideas, designadas por la presidencia de Mauricio Macri. A pesar de hacer consultas y diálogos nacionales con algunas organizaciones de la sociedad civil, no las convocó para organizar y decidir sobre el programa de la cumbre.”
Macri dio un breve discurso ante el W20 el 3 de octubre pasado y afirmó: “Cuando asumimos la presidencia del G20 decidimos que la perspectiva de género fuera transversal a toda la agenda. Pero ustedes saben más que nadie que la desigualdad no es solamente un tema de las mujeres, ya que nos involucra y afecta a todos. Nos queda un largo camino por recorrer hacia la igualdad, la buena noticia es que lo estamos haciendo juntos y de una vez para siempre, ya no hay vuelta atrás”.
La socióloga Ximena Gómez y militante de Democracia Socialista cuestiona: “El W20 toca los ejes de inclusión laboral, desarrollo rural, inclusión digital e inclusión financiera. Pero invitan a los CEO, a los grandes referentes de empresas transnacionales para discutir esto. Por ejemplo, sentar en la mesa de desarrollo rural a un referente de Coca-Cola o discutir la inclusión laboral de las mujeres con la empresa Uber. En ese contexto nosotras decimos que no nos interesa esa agenda, no nos representa. Por otra parte, hay una apropiación del discurso de los feminismos. Hablan de empoderamiento de las mujeres para acceder a créditos, para endeudarse. En ese contexto es que nostras decimos ‘No en nuestro nombre’. En cambio, los Encuentros se viven desde el cuerpo. Es allí donde quienes escuchan el llamado a participar se sienten interpeladas a lesbianizar y haciendo trans nuestros horizontes emancipatorios”. Gómez resalta: “El feminismo es acción transformadora del mundo que apuesta a desmercantilizar nuestras vidas. De los Encuentros nos llevamos las experiencias de otres, repensamos nuestras herramientas para volver a nuestras casas, espacios laborales, sindicatos y organizaciones. Continuar despatriarcalizando nuestras formas de ver el mundo, intentar transformarlo todo pero poniendo en el centro la sostenibilidad de nuestras vidas. En cambio las mujeres del W20 solo hablan de una mujer, blanca, heterosexual y de clases altas. Esas mujeres no nos representan, solo son garantes de la explotación de nuestros cuerpos y expoliación de nuestros territorios”.
Por su parte, Patricia Laterra, integrante del espacio de Economía Feminista y Asamblea No G20, interpela: “El W20 tiene una agenda sensible a las demandas de las mujeres, sin embargo la pregunta por la instrumentalización de esas demandas es también sensible. ¿Qué posibilidades hay para llevar a cabo esa agenda cuando cada vez se reduce más el espacio fiscal de políticas públicas? Si hay precarización para unas y privilegios para otras, esa agenda es una máscara a los problemas no solo de las mujeres, sino también de lesbianas, travestis, trans, bisexuales, no binaries y gays”.
Mientras que la socióloga Paula Satta, integrante de la Red de Mujeres del Sur Global DAWN y la Asamblea Argentina Mejor sin TLC/ Foro Feminista contra el G20 distancia la masividad que se espera en Trelew de la élite que se vio en el CCK: “La diferencia está en el modelo y alternativas de vida que planteamos. Ellas plantean la inclusión laboral, financiera, digital desde un modelo extractivista, heteropatriarcal y colonial, que mercantiliza nuestros recursos naturales y nuestros cuerpos, invisibilizando el valor central de nuestro trabajo doméstico y de cuidado como sostén de la vida. Desde el Foro Feminista contra el G20 pensamos la inclusión desde la pluralidad de los feminismos de nuestra región”.
En tanto, Victoria Freire, directora del Observatorio de Géneros y Políticas Públicas y referenta feminista de Mala Junta opina: “Este Encuentro también estará atravesado por las situación de fuerte ajuste que vive nuestro país dado que nosotras somos las más afectadas. Los índices son claros: las mujeres tenemos los índices más altos de desocupación, de pobreza, de precarización laboral y muchas nos hacemos cargo solas de nuestros hijes o ancianos. Esto es lo que llamamos feminización de la pobreza y por ende no podemos mirar para un costado. Macri dijo en el W20 que su gobierno tenía políticas para empoderarnos, pero al contrario en el presupuesto 2019 tiene recortes del 24,12 por ciento en el programa en el Programa de Protección de Víctimas de Violencia y del 18 por ciento en el Instituto Nacional de la Mujer, por solo nombrar algunos. En su Gobierno se redujeron abruptamente la entrega de métodos anticonceptivos gratuitos y están previstos aún menos para 2019”.