El Fondo Monetario Internacional elogió la “disciplina” del gobierno de Macri para avanzar en el programa de ajuste fiscal cero. Se trata de la condición que el organismo le puso al país para ampliar el crédito stand by a partir de octubre. El elogió llegó directo de la titular del FMI, Christine Lagarde, quien expuso en la asamblea anual del organismo en la ciudad de Bali, Indonesia. En el evento se encuentra el ministro de Hacienda argentino, Nicolás Dujovne. En su informe mundial, sin embargo, el FMI advierte sobre los riesgos de fuga de capitales para los países emergentes y ubica a la Argentina como uno de los más vulnerables.
“La Argentina demuestra una clara disciplina para acelerar el ajuste fiscal y llevar las cuentas públicas a un nivel de equilibrio primario en 2019”, dijo Lagarde. Agregó que “las cosas actualmente pueden cambiar y dar vuelta a la economía”. El Fondo apuesta a que el orden macroeconómico (tanto fiscal como monetario) permita transformar el pesimismo de los inversores internacionales. Dujovne estuvo en la platea escuchando las declaraciones de Lagarde. La Argentina espera que el FMI le apruebe la ampliación del blindaje financiero prometido.
La palmada de ayer ocurrió apenas un día de después de que el Fondo revisara a la baja sus pronósticos de crecimiento para la Argentina, con una caída del 2,6 por ciento en el Producto Bruto este año. Las proyecciones indicaron que el país permanecerá en recesión hasta el año próximo y la inflación rondaría en torno del 40 por ciento para este año y en 20 por ciento para 2019. El pronóstico de PBI para 2019 indica un retroceso de la actividad del 1,6 por ciento.
El Fondo Monetario Internacional aprovechó la asamblea anual para difundir un informe en el que advierte por los problemas potenciales para las economías de los países emergentes. “Las economías no desarrolladas están expuestas a una salida fuerte de capitales”, indicó. El organismo aseguró que la Argentina es uno de los países que más expuesto se encuentra ante una fuga de capitales hacia la calidad. “Frente a la desafiante situación externa, contar con amortiguadores adecuados para hacer frente a potenciales situaciones de escasez de divisas se convierte en una situación crítica”, indicó. Agregó que “la Argentina exhibe un extenso stock de pasivos externos que lo expone a los desajustes cambiarios y riesgos para renovar sus vencimientos de deuda”. También mencionó que Argentina “tiene bajos amortiguadores de reservas que hacen más difícil absorber shocks externos”.
El Fondo se mostró preocupado además por la sustentabilidad del sistema bancario. “En algunos mercados emergentes, notablemente Argentina y Turquía, la vulnerabilidad externa y los riesgos específicos de esos países llevaron a devaluaciones de gran magnitud, intensificando las preocupaciones sobre el estado de los bancos domésticos y posibles contagios hacia otros países”. Se trata de un tema que para el organismo hay que seguir de cerca. “De ampliarse o intensificarse las presiones sobre las economías de mercados emergentes, los riesgos para la estabilidad financiera aumentarían considerablemente. A mediano plazo hay una probabilidad de 5 por ciento de que las economías de mercados emergentes experimenten salidas de flujos de cartera de deuda de 100.000 millones de dólares”, estimó.
Las proyecciones del Fondo indican que el país registró la mayor devaluación del mundo desde abril. Los datos duros que presentó el organismo internacional de crédito ubicaron a la Argentina como la segunda economía más castigada por el incremento en el riesgo país, sólo detrás de Líbano.