Las cámaras empresarias de la industria metalúrgica reconocen la crisis económica y el impacto que tiene en los salarios pero se niegan a reabrir la paritaria tal como le reclama la UOM. Ante esta situación, el gremio que conduce Antonio Caló organizó una marcha y concentración para el próximo martes 16 en el edificio de la actual secretaría de Trabajo para exigirle a Jorge Triaca que intervenga y convoque a los empresarios. Esta será una de las actividades que el sindicato llevará adelante para “recuperar la pérdida del poder adquisitivo”.
Los empresarios se aferran al ítem de la actual paritaria que prevé la posibilidad de revisar el acuerdo salarial recién en diciembre próximo. Sin embargo, los dirigentes paritarios de la UOM sostienen que no es posible esperar hasta fin de año. En ese sentido reclaman una actualización en tres cuotas de cinco por ciento cada una a pagar en octubre, noviembre y diciembre. En la UOM consideran que este esquema es el que les permitirá acercar el salario básico al actual valor de la canasta básica.
En estos últimos años la UOM ha visto disminuir la cantidad de afiliados. Calculan que perdieron unos 50 mil afiliados de los 240 mil que habían llegado a tener y que en la actualidad hay 10 mil suspendidos y unos tres mil despedidos en lo que va de 2018.
Durante las reuniones que el gremio mantuvo con las cámaras empresarias se produjeron algunos diálogos desopilantes. En una de ellas, cuando los representantes de Techint se negaban de manera rotunda a rediscutir la escala salarial porque debían contar con el visto bueno del directorio, uno de los delegados paritarios de la UOM les dijo que “podemos acordar el aumento porque según los diarios Paolo Rocca reconoció que sus colaboradores se mueven con independencia”. La ironía tenía que ver con la declaración de Rocca ante la justicia cuando buscó desligarse de la causa de las fotocopias de los cuadernos al declarar que sus más estrechos colaboradores tenían “autonomía”. La frase dejó a los representantes de Techint refunfuñando entre dientes e incluso a uno de ellos se le escapó una maldición.
En tanto, el problema con las pequeñas y medianas empresas tiene otra característica porque, según reconocen en el gremio, se expresa en la decisión de los propietarios de “ahorrar” con los aportes a las obras sociales que, más tarde o más temprano, impactan de manera negativa en la prestaciones en salud del sindicato.