El candidato a la presidencia del Brasil por el Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, defendió ayer a la Iglesia católica de los ataques protagonizados por seguidores de su rival a la segunda vuelta, Jair Bolsonaro, y denunció la escalada de violencia manifiesta en estas elecciones. Un simpatizante del ex militar catalogó éste jueves a la Iglesia católica de comunista y homosexual, mientras Haddad presenciaba una Conferencia Nacional de Obispos. “El agredió mucho a la Iglesia católica, lo que es preocupante. ¿Cuál es el sentido de eso en un país de mayoría católica? Y preocupa eso de que después de atacar a las mujeres, de atacar (a la población) LGBT, de atacar a los negros, pasen a atacar a los católicos”, aseguró el petista luego de participar una misa en San Pablo. “Pero Bolsonaro es eso, es violencia; Bolsonaro es bala, Bolsonaro es irrespetuoso. Él es la representación de todo lo peor en términos de violencia en el país”, agregó el candidato que, para esta segunda parte de la campaña electoral, decidió separarse de su padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, y buscar votos en nuevos sectores. Acompañado de su fórmula vicepresidencial, Manuela Davila, el candidato del PT recordó los principios de la Iglesia católica de proteger la vida, preservar de la democracia y combatir a la violencia.
Antes del mitin el fanático bolsonarista persiguió a la comitiva del PT con un auto a alta velocidad. “Un activista rabioso de Bolsonaro comenzó a ofender a la Iglesia Católica, profiriendo agravios: la llamó comunista, homosexual y cosas sin sentido”, afirmó Haddad que denunció que el hombre puso en peligros a muchas personas durante esa persecución. “En el tránsito hasta el hotel, donde pasamos a hacer la conferencia para evitar trastornos, él siguió en una 4 × 4 nuestra comitiva e intentó realmente pegar la comitiva, haciendo gestos a gran velocidad para intentar interceptar nuestros coches”, denunció.
La semana posterior a las elecciones, la Agencia Pública de Brasil en publicó un informe que revela al menos 70 casos de violencia a manos de bolsonaristas, en los últimos 10 días. El caso más trascendido fue el de Moa do Katendé, un descendiente afro de 63 años que murió de doce por un fan de Bolsonaro. En consecuencia, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos emitió una declaración manifestando su preocupación por la violencia en las elecciones brasileras donde exigió a los dos candidatos que repudien las agresiones. En el comunicado, la portavoz de la ONU, Ravina Shamdasani, apela a que las diferencias sean respetadas. “Condenamos cualquier acto de violencia y pedimos investigaciones imparciales, efectivas e inmediatas sobre tales actos. El discurso violento e inflamatorio de esas elecciones, especialmente contra LGBTI, mujeres, afrodescendientes y aquellos con visiones políticas diferentes, es profundamente preocupante, especialmente dado los relatos de violencia contra esas personas”, denuncia el comunicado.
Los hechos de violencia continúan y se agravan para la recta final de la campaña. Bolsonaro, por su parte, no se manifiesta al respecto y polariza aún más su discurso. “Brasil podría terminar en un comunismo” exclamó. El ultraderechista que alcanzó un 46 por ciento de los votos el pasado domingo también se está jugando las últimas fichas antes del ballottage. En la nueva propaganda electoral gratuita, que comenzó a transmitirse ayer en todo el país, el aspirante del Partido Social Liberal (PSOL) denunció que Brasil está al borde del abismo y podría terminar en una situación similar a la de Cuba o Venezuela. Primero se refirió a Cuba como “el país más atrasado del mundo”, y luego cargó contra una Venezuela “devastada”. Sin embargo, el líder conocido por sus manifestaciones misóginas y racistas, quiso mostrar un lado sensible. Emocionado y con los ojos húmedos al hablar de su reciente esposa y de su hija, el ultraderechista confesó que después de sus cuatro hijos varones decidió revertir su vasectomía para formar un nuevo hogar, un mensaje con intenciones de interpelar al voto femenino, que, sin embargo, le respondió con la consigna “Ele Nao”. A tres semanas de la definición final, Haddad insiste en el rasgo fascista de su rival y en la amenaza de un posible retorno de la dictadura.