El Presupuesto 2019 refleja en forma clara el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, en la medida en que mantiene el objetivo “déficit cero” como idea rectora. Este compromiso supone acatar todo lo definido y firmado con Christine Lagarde y más, ya que el pasaje de 1,3 a 0 por ciento de déficit lo decidió el ministro Nicolás Dujovne para mostrar al Fondo su decisión de encarar el ajuste.
Pero ese ajuste no se acota a 2019. El acuerdo con el FMI también se ve plasmado en la ejecución del Presupuesto actual, donde el Gobierno ya ha profundizado la subejecución de determinadas partidas que anticipan los recortes presupuestarios del próximo año. A fines de septiembre, la ejecución promedio debería girar en torno al 70 por ciento, pero una gran cantidad de partidas se ejecutaron por debajo de ese promedio. Como excepción, sobresale la correspondiente a Servicios de Deuda Pública, cuya estimación presupuestaria original se sobrecumplió: se devengaron 328.830 millones de pesos de un presupuesto de 409.616 pesos, es decir, un 74,9 por ciento
El Presupuesto 2018 se realizó con una pauta inflacionaria del 15,7 por ciento promedio. Esto equivale a decir que si una partida aumentó 15,7 por ciento entre 2017 y 2018 debería mantener su poder de compra. Sin embargo, la inflación promedio para 2018 según el Relevamiento de Expectativas de Mercado se ubica en torno al 44,7 por ciento punta a punta, y ello se traduce en una pérdida en términos reales aún mayor.
- Progresar. A principios de 2018 el ministro de Educación Alejandro Finocchiaro dijo: “Se trata del programa de becas más amplio de la historia argentina. Junta lo que era Progresar con todas las becas que había en el Ministerio de Educación. Está destinado a las personas que más lo necesitan, con un presupuesto total de 10 mil millones de pesos”. Pero acto seguido recortaron el presupuesto original al 10 por, de 9900 millones sólo destina actualmente menos de 800 millones de pesos. Al 30 de septiembre de 2018 se han ejecutado sólo 678 millones de pesos. En el presupuesto 2019, este Programa prevé un monto de 17.438,5 millones de pesos. ¿Se ejecutará en su totalidad?
- Programas educativos. “Para reducir la pobreza, un pilar fundamental es la educación” dijo el presidente Macri en enero último. Sin embargo, esta mirada estratégica no se condice con lo proyectado para 2019 ni con la ejecución presupuestaria de 2018. El rubro “fortalecimiento edilicio de jardines infantiles” resulta ser uno de los principales programas afectados, donde de los 5945 millones de pesos del presupuesto vigente, solo se ejecutaron 1413 millones. Si se considera el presupuesto original y teniendo en cuenta la inflación, sólo lleva un 20 por ciento de ejecución. Esta parece ser la razón por la cual, para el año próximo, sólo se destinan 2528 millones, lo cual lejos está de cumplir con la promesa de campaña realizada por Mauricio Macri en que se comprometió a construir 3000 jardines. Si se observan las partidas destinadas a “Infraestructura y Equipamiento Educativo”, de un presupuesto original de 9290 millones de pesos solo se llevan ejecutados 2091 millones, es decir, cae un 20 por ciento en términos reales y muy por debajo de la media. En este rubro también se ha visto afectada la proyección para 2019, con un presupuesto de sólo 2614 millones de pesos.
- Desarrollo Social. Mientras el presidente Macri mencionaba que la ministra Carolina Stanley atenderá la demanda social, anunciando aumentos en partidas para 2019, la política de Cambiemos a nivel nacional va a contramano. El presupuesto de 2019 prevé un aumento de los montos destinados a “Políticas Alimentarias” de sólo el 25 por ciento (de 10.080 a 12.582 millones de pesos), es decir, por debajo de la inflación prevista. Pero esto no es lo más grave: a finales de septiembre de 2018 solo se ejecutaron 4730 millones, es decir un 42,9 por ciento en términos reales. Otros programas con escasa ejecución son el de “Economía social y fortalecimiento de acciones juveniles”, reflejando un 41 y un 36 por ciento en ejecución de sus respectivos presupuestos en términos reales (en el primero con aproximadamente 1100 millones de pesos, en el segundo se destina actualmente 187 millones). Para 2019 ambos programas prevén los mismos montos que para 2018, es decir, una sensible caída en términos reales. El caso de “Abordaje Territorial” es llamativo. A inicios de 2018 sufrió un recorte de 20 por ciento en el presupuesto, por ende, al considerar el devengado sobre el presupuesto original, la ejecución real asciende a sólo 34 por ciento. Y para peor, en 2019, el recorte es aún mayor: sólo se destinan 1584 millones de pesos, es decir, un 36 por ciento del presupuesto original de 2018.
- Programa Hacemos Futuro. Aunque no está escrito, existe un acuerdo entre el Gobierno y los movimientos sociales de actualizar el valor de los planes sociales (“Hacemos Futuro”) según la evolución del salario mínimo vital y móvil, al 50 por ciento del mismo. Mientras el beneficio del Programa Hacemos Futuro (cuya partida dentro del Presupuesto de Desarrollo Social se denomina “Apoyo al Empleo”) debería aumentar de 4430 millones de pesos actuales a 7352 millones de pesos, según el incremento de la inflación, el aumento se limitará a alcanzar los 5538 millones de pesos en agosto de 2019. Esto significa una pérdida de poder adquisitivo del 25 por ciento. El Presupuesto 2019 prevé este ajuste, ya que planifica un incremento de sólo 13 por ciento para estas partidas, pasando de 19.351 millones a 21.864 millones de pesos.
- Salud. Quizás con el objetivo de contrarrestar la decisión de quitar el rango de Ministerio de Salud, el Presupuesto 2019 prevé importantes aumentos ascendiendo a 45.521 millones de pesos, lo que significa un incremento de casi 50 por ciento respecto del presupuesto vigente, que es de 30.425 millones de pesos. Sin embargo, el detalle de la ejecución 2018 resulta uno de los puntos más polémicos: sobre el total, se ha ejecutado sólo 44 por ciento si se considera el presupuesto original y se deflacta por la evolución de precios promedio. De los 38.994 millones de pesos originales, se recortó casi el 13 por ciento y se ejecutaron sólo 19.029 millones de pesos. Es decir, se busca mostrar un incremento presupuestario que en la práctica no se concreta. La partida “Atención Médica para Beneficiarios de Pensiones No Contributivas” se vio fuertemente golpeada, ya que del presupuesto original de 13.128 millones de pesos sólo se respetó un 23 por ciento (3000 millones de pesos). El monto mencionado ya había sufrido un recorte del 20 por ciento respecto de 2017 (cuando alcanzó los 15.152 millones de pesos). Para 2019, ni siquiera aparece la partida.
En lo referido a la “Cobertura Universal de Salud Medicamentos”, si bien el presupuesto original 2018 fue ampliado en el trascurso del año hasta casi duplicarse (de 1229 millones de pesos al inicio, pasó a destinar 2388 millones), la ejecución a fines de septiembre no llega al 18 por ciento. A pesar de esto, en 2019 se plantea nuevamente una partida voluminosa (asciende a 3629 millones de pesos), pero considerando la experiencia de 2018, ello no se condice con la ejecución real. El programa de “Lucha contra el SIDA” se prevé un sensible aumento para 2019: de 2217 millones de pesos pasaría a 3103 millones de pesos (40 por ciento). Sin embargo, la ejecución en 2018 alcanza sólo alrededor del 34 por ciento en términos reales (862 millones de pesos).
En la lógica de dedicar escasos recursos a la atención territorial se enmarca la subejecución de la partida “Atención Sanitaria en el Territorio”, que, considerando el devengado sobre tal presupuesto, la ejecución real sólo alcanza el 31 por ciento. Esta partida no tiene incrementos para 2019.
En virtud de este detalle de partidas presupuestarias en 2018 que lejos están de aplicarse en la realidad, y de cara al debate del presupuesto 2019, es clave subrayar que el ajuste en vastas partidas sociales ya empezó. No solo cabe analizar, entonces, las estimaciones presupuestarias de cada año sino seguir de cerca cuánto de ello se concreta. El presupuesto 2019 plantea, como mínimo, un ajuste de 300 mil millones de pesos, que podría verse aún más agravado con porciones del gasto sin ejecutarse.
* Economistas del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).