El partido alemán Unión Cristianosocial (CSU), socio de la canciller Angela Merkel, perdió la mayoría absoluta en la región de Baviera. En las elecciones celebradas ayer, Los Verdes se alzaron como segunda fuerza, la ultraderecha entró en su decimoquinta región y los socialdemócratas se hundieron. El resultado de los comicios del segundo estado más poblado de Alemania es visto como una expresión del descontento de la población con la política de Berlín, apenas un año después de los generales y siete meses después de que Merkel lograra formar gobierno con los socialdemócratas tras arduas negociaciones.
La CSU se mantiene, no obstante, como el partido más votado aunque con sólo un 37,3 por ciento de los votos en las elecciones regionales, según las últimas proyecciones de la cadena pública alemana ARD consultadas al cierre de esta edición. Esto supone un revés para el partido hermano de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, que hace cuatro años obtuvo un 47,7 por ciento de los votos. El CDU no participa en Baviera en el marco de un acuerdo entre las dos agrupaciones.
Para el primer ministro bávaro, Markus Söder, ahora es importante formar un gobierno estable. Sin embargo, reconoció que no había sido un día fácil para su partido en unos comicios en los que cerca de 9,5 millones de personas estaban llamadas a votar. “Lo aceptamos con humildad y tendremos que aprender de él”, comentó.
“Esto no es un buen resultado, no hay nada que interpretar”, reconoció por su parte el presidente de la CSU y ministro de Interior alemán, Horst Seehofer, al mismo tiempo que anunció su deseo de seguir en sus cargos, aunque se mostró abierto a discutir sobre posibles consecuencias personales. “Por supuesto, como líder del partido, comparto la responsabilidad por el resultado de las elecciones”, afirmó.
Mientras, el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) volvió a capitalizar el descontento de los alemanes con la política migratoria y logró entrar en su decimoquinto parlamento regional con el 11,6 por ciento de los votos, en una región que es la principal puerta de entrada de los 1,5 millones de solicitantes de asilo que han llegado a Alemania desde 2015. “Es un muy buen resultado”, comentó satisfecho Alexander Gauland, copresidente de AfD. “La gente cree que la CSU hace muy poco y por eso nos han votado”, agregó.
El otro gran perdedor de los comicios fue el Partido Socialdemócrata (SPD), socio del Gobierno de coalición de Merkel, que obtuvo el peor resultado en su historia en este estado al lograr solo un 9,5 por ciento de los votos, muy lejos del 20,6 por ciento de 2013. El SPD pasó así de segunda a quinta fuerza política en Baviera. El secretario general del SPD, Lars Klingbeil, calificó este resultado como una amarga derrota para el SPD bávaro. “El resultado fue también una señal clara desde Baviera a Berlín”, dijo Klingbeil. La siguiente prueba para el Ejecutivo de la canciler llegará en dos semanas, en las regionales de Hesse, donde los pronósticos auguran una pérdida de votos de su partido.
Al mismo tiempo, Klingbeil felicitó a los Verdes, que fueron, según estimó, los ganadores inequívocos de las elecciones al obtener un 17,8 por ciento de los votos, convirtiéndose en la segunda fuerza de Baviera. Nunca antes en su historia habían logrado un resultado de dos dígitos en este estado.
A la CSU le pasó factura su estrategia fallida de endurecer el tono contra los refugiados en un intento por evitar el giro del electorado hacia el AfD. Ahora tendrá que buscar un socio para gobernar. Por afiliación política se alza como posible socio el partido de los Electores Libres, que ayer obtuvo un 11,6 por ciento de los votos. Si fuera necesario podría sumarse el apoyo del Partido Liberal, que obtuvo un cinco por ciento de los votos.