Una crisis económica que no tiene fin a la vista y una caída en la imagen del presidente Mauricio Macri son el caldo de cultivo perfecto para que las internas florezcan como hongos. Y lo hicieron: la más estruendosa es la de Elisa Carrió, que ratificó su intención de destituir al ministro de Justicia y su pérdida de confianza en el Presidente, pero no es la única. La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal les apunta al jefe de Gabinete, Marcos Peña, y al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, por el traspaso de cuentas impagas a la provincia de Buenos Aires. La crisis por el plus a las tarifas del gas tuvo su saldo de heridos: Peña reavivó sus internas con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, mientras que Dujovne, hizo lo propio con el secretario de Energía, Javier Iguacel, que lo puenteó para emitir esa resolución. Los radicales también tallaron en la caída de esa resolución y algunos ya imaginan competir en las PASO de 2019. Por si faltara algo, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, entró en colisión con la Desarrollo Social, Carolina Stanley. Mientras esta última intenta negociar con los movimientos sociales, la primera dinamita los puentes y los acusa de ser cómplices de los narcos.
- Carrió vs. Angelici. Quien crea que la cruzada de Lilita es solo contra el ministro de Justicia, Germán Garavano, debería escucharla más atentamente. Ya dijo que el ministro “hace lo que le ordenan”. Y por si hiciera falta, este fin de semana llegó a decir que no maneja el ministerio, sino que lo controla a distancia el presidente de Boca Juniors, Daniel “El Tano” Angelici. “Garavano no existe. Nunca fue ministro. La Justicia la maneja Angelici”, lo ninguneó en la mesa de Mirtha Legrand. Y, de paso, reveló cuál es el objetivo final de la jugada: desde hace años Carrió denuncia a Angelici como “operador judicial”. Ahora le está pidiendo a Macri que elija. “La línea Angelici o la línea Carrió. Elige o cae”, sentenció la líder de la Coalición Cívica, quien tiene bien en claro que en el oficialismo la van a necesitar en 2019. Y se los está cobrando. El martes está definido que presentará el juicio político a Garavano (ver nota aparte).
- Vidal vs. Peña. El consultor político Jaime Duran Barba participó de un debate con el senador Miguel Angel Pichetto, moderado por Jorge Fontevecchia en el periódico Perfil. Cuando le preguntaron por las internas, Durán Barba reconoció: “Hay internas, pero no internas dañinas. No dudo de la total lealtad de unidad que tienen Mauricio, María Eugenia, Horacio o Marcos”. Y negó que hubiera problemas, específicamente, entre Vidal y Peña, lo que siempre es la forma más fácil de confirmar que algo ocurre.
Se vio que Vidal –en tándem con el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta– fueron los que más impulsaron los cambios en el gabinete, y obtuvieron menos de lo que querían. Los dos habían propiciado la salida de Dujovne (y su reemplazo por Carlos Melconian). Tampoco se fue Peña.
Se la vio a Vidal en las reuniones de los gobernadores con Macri reclamando la actualización del Fondo del Conurbano Bonaerense, un éxito que consiguió en 2017 y que se licuó entre la devaluación y el traspaso de costos que el gobierno nacional le viene proponiendo para 2019. En el gobierno bonaerense calculan que les deben 19 mil millones de pesos de actualización para el año que viene. Este año ya está perdido.
Vidal está algo más que molesta a esta altura por estas cuestiones, según publicó el periodista Guido Carelli Lynch en Clarín. La gobernadora reclama que su gobierno no sea la variable de ajuste en la crisis, reclama por la falta de apoyo político que sintió cuando le cayó con fuerza la denuncia por los aportantes truchos, reclama por la falta de reciprocidad, cuando ella siempre sale a defender al Presidente. En el entorno de Vidal, por supuesto, desmintieron ante este diario que haya una pelea: “Lo único cierto es que está más concentrada en los temas provinciales”, dijeron.
El diario Clarín también difundió ayer una encuesta de Management & Fit en la que Vidal tiene mejores chances que Macri de ganar la Presidencia en 2019. Y de ganarle un ballottage a Cristina Fernández de Kirchner con mayor distancia. ¿Casualidad? Vidal y Larreta jamás admitirán que siguen evaluando reemplazar a Macri si este se derrumba y no puede reelegir. Los dos están contra la idea que apuntalaron Peña y Durán Barba en un encuentro con intelectuales la semana pasada de que la economía no pesará en la campaña. Ni Vidal ni Larreta creen que la economía repuntará rápidamente y dudan que la solución sea obviar el tema en el discurso electoral. Entre los funcionarios a los que Vidal tiene entre ceja y ceja, están Dujovne –quien tampoco sentiría mucha simpatía por quien intentó removerlo– y Peña. A este último lo culpa por la falta de apoyo político.
- Monzó vs. Peña. El titular de la Cámara baja sufrió años de ostracismo luego de expresar sus diferencias con la línea de Peña. Recién logró volver a la mesa política cuando el gobierno nacional debió dar señales de apertura política en plena crisis cambiaria. No obstante, el funcionamiento de esa mesa fue muy distinto a las épocas en las que Monzó formaba parte de la mesa chica del PRO, antes de la presidencia de Macri. En los hechos, en los momentos más complejos, las decisiones parecen seguir siendo tomadas entre los mismos. Esto volvió a producir un choque entre Peña y Monzó en torno a la resolución que pretendía cargarles a los usuarios la compensación de la devaluación que exigían las petroleras. Según se rumorea, el jefe de Gabinete y el presidente de Diputados discutieron agriamente por las consecuencias en términos de costo político, por la descoordinación y por el efecto devastador que podía tener sobre la negociación del Presupuesto 2019. Esto último parece haber sido lo que llevó a Macri a dar marcha atrás con la medida. Pero hubo heridas que se reabrieron.
- Dujovne vs. Iguacel. La de Peña con Monzó no fue la única interna que se generó en torno a esa resolución. Cerca de Dujovne confirmaron que el ministro de Hacienda no tuvo noticias de lo que estaba haciendo su subordinado hasta que la resolución de la polémica estaba publicada en el Boletín Oficial. Iguacel lo habría puenteado y habría ido directo a resolver esto con el Presidente, mientras Dujovne estaba de gira por el exterior. El periodista Ezequiel Spillman había publicado en Perfil que Iguacel estaba furioso por haber dejado de ser ministro y pasar a ser un subordinado de Dujovne. El secretario de Energía se ocupó personalmente de discutirle esto al periodista a través de Twitter. Pero las últimas noticias de la pelea con Dujovne –con quien se volverá a ver las caras mañana– le estarían dando la razón al periodista.
- UCR vs. PRO. Los correligionarios salieron adjudicarse como una victoria propia la caída de la resolución de Iguacel, a quien ya tragan tan poco como antes a Juan José Aranguren. Del titular de la UCR, Alfredo Cornejo, para abajo la habían cuestionado. Otros ánimos están resurgiendo en el partido centenario, según advirtió el periodista Claudio Mardones en el periódico cooperativo Tiempo Argentino: hay radicales que ya imaginan competir en las PASO con un Macri desgastado, mientras que otros exigen un lugar en la fórmula presidencial. Esto es algo que probablemente se escuche en el plenario nacional de la UCR en Mendoza este viernes.
- Stanley vs. Bullrich. Las dos ministras chocaron en torno a su posición sobre los movimientos sociales. Si Stanley fue la encargada de contener y negociar, Bullrich parece estar buscando patear el tablero. Durante toda la semana pasada se ocupó de acusar a los movimientos sociales de ser cómplices de los narcos. De fondo, Bullrich cuestiona el esquema de negociación con el tridente de Cayetano (CTEP, CCC y Barrios de Pie). Un último dato: Bullrich salió a defender a Macri de Carrió, pero no a Garavano. ¿Pesarán las viejas diferencias con el ministro de Justicia a la hora de imaginarlo afuera del Gobierno?