Desde Trelew
La activista, educadora popular y defensora de la descolonización del Abya Yala, Claudia Korol, dio inicio a una de las mesas más concurridas del 33º Encuentro Nacional de Mujeres, en el centro de la Plaza Centenario, renombrada Plaza Feminista para la ocasión y centro de reuniones durante los tres días de la actividad que reunió más de 50 mil personas. La mesa Feministas del Abya Yala juntó a casi 20 referentes por la despatriarcalización y desconolonización de los pueblos y territorios ocupados por ejércitos y grandes corporaciones, empezando por el mismo territorio donde se realizó el Encuentro, hasta donde llega el río Chubut, el mismo donde murió Santiago Maldonado. A pocos metros de allí y en la circularidad de un espacio al aire libre en el centro de la plaza, las voces de estas 19 mujeres empezaron a congregar cada más asistentes. Korol presentó a Lolita Chávez, del pueblo maya kiché, de Guatemala. Miembra del Consejo de Pueblos K’iche’s por la Defensa de la Vida, Madre Naturaleza, Tierra y Territorio (CPK) para enfrentar los efectos del Tratado de libre comercio entre América Central y Estados Unidos, Chávez arengó a llevar ofrendas y consignas para una invocación a las ancestras: la gente acercaba allí sus pañuelos, carteles, flores, botellas de agua o yuyos para invocar la sabiduría ancestral y terminar con un fuego que elevó al viento los nombres de las muertas dichos en voz alta, de las desaparecidas, fuego que fue testigo de abrazos y lágrimas de emoción y también de alegría, por estar juntas más allá del dolor. “Abya Yala es nuestra, no nos la pueden arrebatar. Somos del maíz, tenemos nuestra memoria en nuestros territorios y hemos tenido genocidios, pero no han logrado terminar con nosotras. Las empresas transnacionales quieren imponer sus transgénicos pero no lo lograron ni lo van a lograr. Soy maya pero también soy feminista. Muchas veces me han dicho que me han impuesto el feminismo y eso es no reconocer la sabiduría de nuestras ancestras. Y reconocer la importancia del clítoris, porque les duele cuando decimos que reconocer nuestro clítoris es políticamente estratégico para nosotras” dijo Chávez con el aplauso sostenido que la acompañó en todo su discurso.
Adriana Guzmán y Jimena Tejerina, de Feminismo Comunitario Antipatriarcal de Bolivia, agradecieron el llegar hasta acá para tejer estrategias que nos piensen plurinacionales. “Nosotras hemos aprendido nombrándonos feministas que no hay tiempo para los pueblos sino hay un retorno del tiempo de la vida de las mujeres. Si nos siguen matando, violando, no va a haber un buen tiempo para los pueblos, y reconocer eso ha sido un camino para nosotras” dijo Guzmán y admitió que por ahora la plurinacionalidad es una promesa de construcción “porque todavía es una palabra y no una realidad. Necesitamos mucha autocrítica y trabajo para realmente nombrarnos feministas plurinacionales”. También habló Dilan Bozgan, quien nació en la región de Kurdistán lindera a Turquía y es antropóloga. Vive en la Argentina hace cinco años y aseguró que el sujeto revolucionario del siglo XXI son las mujeres. “Nuestra propuesta democrática incluye las creencias, todas las etnias, todos los pueblos que se reconocen horizontales, antipatriarcales y anticapitalistas. Estamos frente a la represión de Turquía que está obligando a exiliar a mi pueblo, lo están matando y torturando. Pero es el momento de hablar de nuestra propuesta política y de nuestra resistencia. Nosotros venimos luchando hace 40 años contra el patriarcado de nuestro pueblo, y luchamos más fuerte contra nuestros hombres que contra el Estado, y hemos logrado pasar los océanos, los valles de Kurdistán y llegar a la Patagonia para hacer oír nuestra voz. Nuestra lucha depende de la revolución de nuestras mentalidades patriarcales, incluso las nuestras, las de las mujeres”. Por su parte, María José Murphy de Mujeres por la vida, Venezuela, recordó las violencias que se cobran la vida de las mujeres, trans y travestis con la desprotección del Estado en la figura de su compañera militante revolucionaria chavista Mayel Hernández. “No nos sirve tener una ley que apoya a las mujeres en situación de violencia si los mecanismos para activar esa ley no funcionan porque la justicia es patriarcal. Ella confió en un hombre que la asesinó pero también había pedido protección al Estado y no fue escuchada” dijo. Marta Dillon y Verónica Gago, referentes de NiUnaMenos, dijeron que la revolución es en las camas, en las plazas y en las calles. Para Gago, hay una triple ofensiva contra las mujeres y un desprecio del Estado por nuestras luchas ejemplificada en la indiferencia del Senado hacia el Aborto Legal Seguro y Gratuito “la ofensiva del capital financiero incluye deuda, ajuste, empobrecimiento, va contra nuestros salarios y subsidios, y también se siente en el brutal avance de las fuerzas de seguridad y de las iglesias que intentan disciplinarnos. Esta asamblea también es una respuesta a ese desprecio que hizo el Senado contra nosotras, en principio esas dos millones que resistimos afuera del Senado, que se creen los padres del país”.