La definición de la situación de Metalúrgica Tandil quedó postergada hasta el martes 6 de noviembre, cuando se cumplan los 15 días hábiles de la conciliación obligatoria dictada ayer por el Ministerio de Trabajo bonaerense. Entre la decisión adelantada por Renault Argentina (dueña del 98 por ciento de las acciones) de cerrar definitivamente la planta, y la toma de la misma decidida por los trabajadores ante la perspectiva de despido del personal remanente, la audiencia de conciliación convocada ayer por la autoridad laboral provincial culminó sin acuerdo. La empresa fue mermando aceleradamente su ritmo de producción en los últimos meses, se redujo su cartera de clientes y en las últimas semanas ya trabajaba exclusivamente para Renault. Según fuentes sindicales, “es una política de vaciamiento que lleva cinco años de ejecución”. Según fuentes de la empresa, la suba en las tarifas de energía elevaron los costos de producción a un punto de inviabilidad de continuidad de la producción.
Los pasos anteriores fueron el retiro voluntario de 80 personas a fin de 2017, la presentación de un plan de suspensiones recientemente por parte de la empresa (en una reunión frente al Ministerio de Trabajo) y el cambio de postura patronal, el viernes, cuando a través de representantes de Renault Argentina se informó la decisión de cerrar la planta. Ello suponía que más de cien trabajadores, que aún quedaban en el establecimiento, quedarían en la calle.
Fue a partir de la decisión de la empresa de no continuar con la actividad de Metalúrgica Tandil que los trabajadores, en asamblea, resolvieron ocupar la planta “para evitar el vaciamiento de la fábrica” y a la espera de la reunión en el Ministerio de Trabajo prevista para ayer. Pese a que no llegaron los telegramas de despidos, la decisión del cierre fue confirmado por el secretario general de la UOM de Tandil, Carlos Romano, quien anunció que “verbalmente nos anticiparon que va a cerrar”.
El dirigente local admitió, en declaraciones previas a la reunión de ayer en el ministerio, que la situación de la fábrica se había vuelto “insostenible” tras los aumentos de las tarifas de energía. Por tratarse de una planta de fundición, el golpe en los costos resultó contundente, explicó Romano. Según citó el diario El Eco, de Tandil, la metalúrgica “tenía 115 clientes y ahora trabaja para uno solo, Renault”, aunque estaría produciendo partes para Scania, la fabricante de camiones del grupo. “El cierre culmina un proceso de vaciamiento de años, porque en los últimos tiempos Renault viene poniendo plata para echar gente, pero no para invertir en la producción”. Agregó que “todavía no aparecieron los telegramas de despido, pero creemos que lo van a hacer porque Renault tiene un poder económico muy grande”.
Abel Furlán, diputado nacional y secretario general de la UOM de Zárate, participó de la reunión en la cartera laboral en representación del gremio a nivel nacional. En una entrevista radial, previa al encuentro ministerial, había expresado su expectativa porque saliera de la reunión una conciliación obligatoria. “A partir de ahí podremos encontrar un canal de diálogo; esperemos que la política aporte una solución, a nivel municipal y provincial; hay posibilidad de revertir esta situación si Renault presenta un proyecto en serio y se compromete a cumplirlo”. Por 15 días hábiles, a partir de hoy, la empresa deberá “retrotraer la situación al estado anterior al inicio del conflicto”; es decir, los trabajadores deberán volver a desempeñar su trabajo de manera normal. Después, se verá.