Mientras se realizan las audiencias por el asesinato de Fabián Gorosito y el secuestro y torturas a tres amigos –por el que están acusados 11 policías de Merlo y la pareja de uno de ellos–, una de las víctimas de secuestro y torturas, Daniel Mancini, fue atacado. El sábado pasado, cuatro encapuchados entraron violentamente a su casa y lo golpearon y amenazaron. Que la memoria del terror lo paralice. Nada es casual. Un día antes, la Comisión Provincial por la Memoria, que participa como veedora del juicio, recibió la resolución de la jueza Lucía Emilce Casabayó, por la que rechazaba el hábeas corpus presentado por la misma CPM para frenar las continuas amenazas que sufrieron cada una de las víctimas, familiares y abogados. Un día después, la mano de obra ocupada pudo hacer su tarea con garantías.
Fabián Gorosito tenía encuentros con la pareja de un policía de la 6ª de Merlo. El 14 de agosto de 2010, salió a bailar con sus amigos. Pero apareció la policía y Fabián corrió por un descampado. Lo atraparon. Apareció muerto al día siguiente, en un descampado. Sus tres amigos, fueron secuestrados y torturados unos días antes, cuando los uniformados intentaban encontrar a Gorosito y confundieron a uno de ellos con Fabián.
Once policías y la mujer fueron enjuiciados y en un primer fallo, en 2013, resultaron todos absueltos. El caso llegó a Casación que ordenó un nuevo juicio con otro tribunal. El segundo juicio inició este año, cuando habían pasado 8 años del crimen y las torturas.
Pero la participación policial fue continua. El 1º de octubre, Roberto Cipriano, secretario de la Comisión Provincial por la Memoria, y Margarita Jarque, directora del Programa de Litigio Estratégico de la CPM, presentaron un habeas corpus preventivo en favor de María Viera, madre de Fabián; Daniel y José Mancini, y Maximiliano Silva, los tres amigos de Fabián secuestrados y torturados; de Silvio Victoriano y Silvio Darío Alfonzo, abogados de los querellantes, y María Cristina Magariños, familiar. En la denuncia refirieron desde golpes en la puerta, hasta hackeo del muro de Facebook, amenazas directas, seguimiento con vehículos policiales, iniciadas un día antes del inicio del segundo juicio y continuos hasta ahora.
El viernes 12 de octubre llegó la respuesta de la jueza de Garantías 6, Casabayó. La jueza informó sobre las medidas tomadas. La primera anticipa la resolución del rechazo e indica hacia dónde están desplegadas las garantías del juzgado de La Matanza: “la Suscripta (es decir, la jueza) ordenó librar oficios a los organismos correspondientes tendientes a determinar si respecto de los mismos pesan órdenes de detención y/o pedidos de captura vigentes”. En pocas palabras, la primera medida del juzgado de Garantías ante un habeas corpus fue averiguar antecedentes de los denunciantes. El pedido de la jueza, claro, fue girado a la policía, es decir, al cuerpo de denunciados.
La resolución finalmente concluye con el rechazo del pedido de habeas corpus. La resolución ingresó a la CPM el viernes 12. Apenas unas horas después, cuatro hombres enmascarados entraron violentamente a la casa de Daniel Mancini.
Según relató Jarque, “llegaron unos tipos encapuchados y armados y tiraron tiros al aire”. El joven recibió un culatazo y terminó internado. Una camioneta, que primero estuvo estacionada y haciendo luces frente a la casa de María Viera se dirigió después al domicilio de Daniel Mancini. “Ahí se bajan cuatro encapuchados tiran al aire, en un momento ingresan a la vivienda. Había una reunión, con familiares y amigos. Identifican a Daniel Mancini enseguida y le pegan un culatazo. Daniel termina en el hospital, donde le cosen la herida”.
El juicio, entretanto, continuó. El testimonio de una mujer, trabajadora sexual, que se encontraba en un auto con un cliente, determinó con precisión el momento en que Gorosito era arrastrado por los policías a través de un alambrado. Los testimonios acusan claramente la actuación de los policías. Las amenazas también.