PáginaI12 En Brasil
Desde Brasilia
Fernando Haddad se reunió ayer en San Pablo con pastores protestantes democráticos ante quienes deploró la campaña de noticias falsas exparcidas a través de las redes sociales por grupos vinculados a Jair Bolsonaro que tiene como aliadas a las corrientes evangélicas de más peso económico, especialmente la Iglesia Universal del Reino de Dios, propietaria de la cadena de radio y televisión Record.
Conducida por el obispo electrónico Edir Macedo, la Iglesia Universal puso a sus templos y canales televisivos al servicio del capitán retirado del Ejército que lidera con holgura las encuestas hacia el ballottage del 28 de octubre. Según la última encuesta de Ibope, Bolsonaro tiene el 59 por ciento de intenciones de voto contra el 41 por ciento de Haddad.
Entre los electores evangélicos el candidato de extrema derecha se hace todavía más fuerte: cuenta con el 66 por ciento de apoyo, cuarenta y dos puntos más que su adversario.
La disputa entre votantes católicos es más equilibrada ya que el candidato del Partido Social Liberal (PSL) tiene el 48 por ciento frente al 42 del ex intendente de San Pablo Haddad.
El ascenso vertiginoso de Bolsonaro en los sondeos pocos días antes del primer turno electoral, celebrado el 7 de octubre, obedeció en buena medida a los sermones “fake” de los predicadores neopentecostales.
Mientras los pastores equiparaban al Partido de los Trabajadores (PT) con Lúcifer y el aborto obligatorio (en lugar del derecho al aborto), millones de internautas recibían mensajes a través de Whats- App en los que se acusaba al ex alcalde Haddad de incentivar conductas sexuales perversas entre los niños y convertir a las escuelas públicas en antros de promiscuidad.
Lo que se ha visto en las últimas semanas en Brasil posiblemente se convertirá en un caso de estudio sobre cómo se aniquilan las democracias.
Un plan de orientación del voto a través del discurso religioso mezclado con la saturación de mentiras a través de Internet.
Es posible que en la arquitectura de este golpe electoral esté la mano del experto norteamericano en campañas sucias Steve Bannon, el ex asesor de Donald Trump, que meses atrás se reunió con uno de los hijos de Bolsonaro.
A menos de dos semanas de los comicios que elegirán al gobernante brasileño para el período 2019 y 2022, Haddad optó por encarar sin rodeos a su enemigo político. “Cuando veo lo que dicen de mí en las redes sociales me pregunto si vale la pena ganar votos de esa manera”, aseveró el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) ante un auditorio religioso reunido en un hotel del centro de San Pablo.
El heredero de Luiz Inácio Lula da Silva –preso y proscripto– destacó que en los gobiernos del PT se respetó la libertad de los cultos y hubo una convivencia civilizada con los protestantes.
“La mentira no es cosa de Dios”, plantearon los representantes del Frente Evangélico por el Estado de Derecho, que disienten con la agitación y propaganda bolsonarista.
“El diablo puede usar a los apóstoles para decir mentiras, y es eso lo que hemos visto” en muchos templos, abundó el pastor Ariovaldo Ramos, coordinador del Frente.
Mientras tanto, en Río de Janeiro, Bolsonaro se reunió con el arzobispo Oraní Tempesta ante quien se comprometió a luchar “contra el aborto y la legalización de las drogas”.
La posición de la Iglesia católica ha sido contenida que la asumida por los evangélicos, la semana pasada Haddad fue recibido por el religioso Leonardo Steiner, secretario general de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil.