“El otro día me llamaron ‘artista emergente’, y en realidad todavía sigo siendo un submarino”, bromea Flopa Lestani, en un café de Belgrano R, antes de la fecha que compartirá junto a Manza Esaín, amigazo de la vida y de la música, en el ciclo Rebeldes, Soñadores y Fugitivos En Vivo impulsado por el programa de AM 750: será hoy a las 22, en la sede del teatro Caras y Caretas en Sarmiento 2037. Justo a su lado se encuentra el líder de Valle de Muñecas, que, además de celebrar los 15 años de su banda, aprovechará el espacio para presentarse junto a su colega, pues forma parte de la formación con la que la otrora Barro y MataVioleta grabó su flamante material discográfico, el EP Cinco finales para el mismo cuento. “Es confuso. Pero igual me gusta”, explica la cantautora acerca de la propuesta de este espectáculo. Aunque el músico se encarga de esclarecer: “No es un show de Flopa y Manza, sino de Flopa y Valle de Muñecas. Si bien podríamos hacer un recital en el que toque primero uno y luego el otro, tenemos una historia compartida que nos permite estar todo el tiempo arriba del escenario”.
A pesar de que el nuevo disco de Lestani apareció bajo su nombre, se trató de un trabajo mano a mano con Esaín. “En febrero tocamos con ella en un festival con la excusa de comenzar a plantear las canciones de su nuevo disco”, explica el cantante y guitarrista. “Aparte de mí, la formación la integran mi hermano Lulo y Federico Ghazarossian. Ya tocamos con esta banda en 2013 y 2015, e hicimos shows perdidos. Este año, tras ese recital inicial, registramos el EP e hicimos una presentación más. Me encantó volver a grabar con ella, por más que el disco sea suyo. Fue mi proyecto de 2018, a nivel de grabación y producción”. Sin embargo, luego de encontrarse en 2002 en el proyecto Flopa Manza Minimal, que dejó a manera de legado un álbum homónimo publicado en 2003, el tándem siguió haciendo “cositas”. “En su disco anterior, Emoción homicida (2008), mezclé dos temas y toqué la guitarra”, repasa el frontman. “Y en el medio, en 2010 y 2014, estuvieron las reuniones de Flopa Manza Minimal. Aunque no hubo registro editado”.
–¿Por qué convoco a Esaín para esta encarnación?
Flopa Lestani: –Primero, tengo que trabajar con gente que conozco y confío, y porque me encanta lo que hace. Es un gran productor y músico, y encima es mi amigo. No lo tuve que pensar mucho. Aparte, conoce mis canciones y mis tics, y le gusta lo que hago. Se mete en los temas como si fueran suyos.
–Considerando que pasó una década entre su último disco y éste, y que se caracteriza por un cancionero básicamente acústico, ¿por qué decidió volver con una propuesta eléctrica?
Flopa: –Hago canciones todo el tiempo, y las voy decantando. Cuando se dio lo de febrero, elegí temas que se amoldaran al formato de cuarteto de rock eléctrico. La banda se encontraba ensayando, y de la lista que tocamos en ese festival había cinco que eran inéditos.
–Cuando se reúnen sus carreras se potencian. ¿Cómo manejan semejante intensidad?
Manza: –Hay una parte del público que nos sigue y otra que nada que ver. Y cuando tocamos, fluye todo. Es un poco la intención detrás de la fecha de este viernes: juntar el ganado. Igual, ella tiene 50 proyectos diferentes. Toca con esta banda, hace shows con Rosario Bléfari y Paula Maffía, y luego actuamos nosotros dos solos.
Flopa: –Esta es la esporádica estable. Es una banda estable, pero tocamos cada tres años. No me daba ir sola a tocar a ese festival con la guitarra porque tenía todo a mi disposición. Entonces les pedí ayuda a mis súper amigos. Este año se dio que nos presentamos tres veces porque salió el EP. Aunque ahora quiero pasar a otro formato para tirar otras canciones que no sean de rock.
–¿Entonces ésta será la última fecha del año?
Flopa: –Vendámosla así. De última, me retiro después.
–¿Qué presentará Valle de Muñecas en esta fecha?
Manza: –A lo largo de 2018 sacamos cosas sueltas. Hubo varios temitas, un EP (Punk) que apareció en febrero, y un disco en vivo que sale este fin de semana, Más allá de Valle de Muñecas. Así se llama también el documental que estrenamos el año pasado en el Bafici, basado en nuestro último álbum de estudio, El final de las primaveras, y en ese proceso me di cuenta de que teníamos un disco en vivo. Estoy re contento con cómo quedó. Y ahora estamos pensando ya en algunos temas nuevos.
–¿Se siguen presentando los discos en vivo?
Manza: –Este show viernes sería algo así. Pero no me gusta pensar en la idea de la presentación de un disco en vivo, sino más bien en el cumpleaños de 15 de Valle de Muñecas. Sin embargo, son 20 canciones, y no están en el mismo orden del documental. Funciona como un Best Of... de Valle de Muñecas, con un cover de Menos Que Cero (la agrupación anterior de Esaín).
–¿Y a usted que les parecen los discos en vivo?
Flopa: –Como concepto, hay muchos que me gustan. Circulado, de Caetano Veloso, me gusta más en vivo que la versión de estudio. Al igual que Concert, de The Cure, o Rank, de The Smiths. Bandas como ésas marcaban una gran diferencia entre sus trabajos en directo de los del estudio. Hasta la voz tiene otra fibra. Y eso es lo que suele suceder, en realidad. No es lo mismo tocar en una sala, que lo que te produce la situación del recital. Es otra energía la que se mueve.
–¿Cuál sería entonces la energía que emana del rock?
Flopa: –Escucho rock, pero no lo hago todo el tiempo. No tengo la gimnasia de la banda. Lucho con el tema del volumen...
–Si el público se engancha con esta propuesta, ¿por qué no sigue con ella?
Flopa: –Me patinan las expectativas que existan de mí. No nací para eso. Lo podrá ver a lo largo de mi carrera. Hay de todo.
Manza: –Siempre habrá quien te reclame lo que no pueden ver.
–¿Le reclamaron alguna vez la vuelta de Martes Menta?
Manza: –No, pero sí la de Menos Que Cero. Y eso ya fue...
–¿Por qué?
Manza: –Tendría que tener muchas ganas de estar con mis ex compañeros para hacer eso. Tampoco estoy haciendo una música tan distinta. Cuando creamos Valle de Muñecas, era la excusa para no tocar canciones de Menos Que Cero y para generar material nuevo. Pasaron siete u ocho años hasta que lo hicimos.
–Al menos en sus respectivos casos, ¿por dónde pasa la renovación de público?
Flopa: –Pasé unos años sin tocar, y el público tiene pibes y no sale más de noche. Cada vez más tengo que comenzar de cero. Soy re bajo perfil, y tampoco me encargué de agitarla.
–¿Eso no genera la figura de culto?
Flopa: –Todo el mundo me dice que soy una genia, pero a los shows vienen 30 personas. No sé cómo es. No me interesa que me soben el lomo, sino que me vengan a ver. En un punto eso me preocupa, por más que no sea lo que me motive para hacer o no. Toco para la gente que haya.
Manza: –Yo sólo sé hacer discos. Lo otro no sé cómo se hacer. Entonces no me puedo preocupar. Hay momentos y momentos.
–La nueva generación de solistas y grupos argentinos no sólo evidenció la nueva manera de consumir música, sino también de registrar sus ideas y de comunicarse con su público. ¿Cuánto puede influir esta renovación en su manera de producir?
Manza: –Más allá de nuestro papel y de cómo afecte a lo que hacemos, celebro que haya una nueva generación de artistas que tengan un público de su misma edad. Durante un tiempo muy largo, hubo una grieta de 15 años entre los músicos y el público. El artista necesita hablarle a gente de su generación.
Flopa: –A diferencia de lo que nos pasó a nosotros, me alegra que se le dé lugar a artistas más jóvenes. Ya no hay que esperar a tener 40 años para que te den pelota.
–Ustedes que son redentores de la canción, ¿cuál es su opinión sobre el género en esta época?
Flopa: –Desde MTV para acá, la música pasó a ser imagen. Y con eso voy a vivir peleada eternamente. Te sirve para darte a conocer, pero se pierde la magia de no saber quién está tocando. Yo tenía casetes grabados cuyos créditos desconocía.
Manza: –No me llegaba hasta que me di cuenta de que no tengo que escuchar la música, sino ver el video, los comentarios del link y todo eso es la obra. Parece una instalación de arte moderno. Soy consciente de mi manera de consumir música, y hay un montón de cosas que no podré absorber. Bastante aguantó el rock.
Flopa: –A mí, en lo personal, me re cabe que los pibes improvisen como si fueran payadores. Eso me causa admiración. Si me das a elegir entre eso y las letras de Pappo, me quedo con el trap.