La AFA postergó por una semana más su reunión de Comité Ejecutivo para determinar las reglas de una asamblea crucial donde se definirá el futuro de los clubes. Ese aplazamiento hizo correr la fecha en que se votará a favor o en contra de las sociedades anónimas deportivas. Pasó la convocatoria del 22 al 29 de noviembre por una cuestión estatutaria. Otra explicación para el estiramiento de los plazos podría ser que el poderoso lobby de las SA quiera ganar tiempo porque hoy está lejos de obtener las voluntades necesarias que apoyen el proyecto. Pero no, la cúpula del fútbol argentino, con Claudio “Chiqui” Tapia a la cabeza, estaba más preocupada por viajar a Chile, donde se realizará hoy un congreso de la Conmebol. El presidente intentará recuperar en Santiago el lugar en la FIFA que tenía Julio Grondona. Desde su muerte, la AFA no integra el consejo de 37 miembros que encabeza el suizo Gianni Infantino. El dato no es menor. La influencia que ejercería una designación de ese tipo sería clave en el futuro para las aspiraciones del fútbol nacional.
El temario de la asamblea extraordinaria pautada para el 22 del mes próximo y que se pospuso hasta el 29, iba a conocerse ayer con un elemento central. De qué manera se votará un nuevo artículo del estatuto de la AFA que les daría vía libre a las sociedades anónimas en los clubes. Los dirigentes que pretenden entregarles la historia, su enorme infraestructura, el potencial comercial y el valor de mercado de sus futbolistas a las SA quieren que se defina el tema mediante el voto secreto. Su argumento de base es que nadie se sienta coaccionado para elegir. Pero la mayoría que está en contra de habilitar las sociedades anónimas, considera que los socios de las instituciones –sus verdaderos dueños– tendrían que saber quiénes decidieron permitir que se discuta la posible venta de semejante patrimonio.
Un importante directivo de la AFA confió que “aun cuando se definiera la aprobación o no de las sociedades anónimas deportivas en votación secreta, a los que pretenden imponerlas no les darían los votos”. Se desprende de eso que les costaría mucho más ganar la asamblea si la elección es a mano alzada. A medida que se instaló el tema de las SA desde el Gobierno y sus escasos aliados en el fútbol, todas las semanas se conocen más posiciones contrarias al proyecto de ofrecer los clubes a empresarios que dispongan de sus bienes.
El último que habló sobre el tema fue el presidente de Racing, Víctor Blanco. Entrevistado por EPG Radio declaró: “Tuvimos una charla con los asambleístas del oficialismo en la cual expusimos el presupuesto que se viene y la actualidad de la elección de las sociedades anónimas que se hará en noviembre. Nuestros asambleístas nos indicaron que quieren que votemos en contra de la llegada de capitales privados. Ese fue el compromiso”. Aunque Blanco no podrá votar en la asamblea extraordinaria porque integra el Comité Ejecutivo de la AFA, aseguró que en su nombre lo harán Miguel Jiménez o Alfredo Chiodini.
Distinto es el pensamiento que expresan los principales dirigentes de clubes como Boca y Talleres de Córdoba, que sí están a favor de que se trate la espinosa cuestión. Las reuniones de la Superliga –que opera como estructura paralela a la AFA– son la caja de resonancia de este tipo de ideas. El vicepresidente primero del club cordobés, Rodrigo Escribano, se preguntó: “A lo mejor un club quiere cambiar la forma de organizar su asociación civil y hacerlo de otra manera, ¿por qué se lo vamos a prohibir?”.
Con este debate pendiente y postergado, Tapia viajó hacia Chile por otro tema importante en su agenda. Hoy sesionará en Santiago un congreso extraordinario de la Conmebol que debe decidir quién reemplazará al dirigente uruguayo Wilmar Váldez, ex presidente de la asociación de su país, en el consejo directivo de la FIFA como representante por Sudamérica. Le revocarán el mandato por las denuncias que recibió de presunto cobro de coimas para la instalación de los sistemas lumínicos de cuatro estadios: Bella Vista, Defensor Sporting, Montevideo Wanderers y Cerro. El máximo directivo de la AFA sería su reemplazante y volvería a Buenos Aires con una cuota más de poder.