El presidente norteamericano, Donald Trump, amenazó ayer a México con desplegar al Ejército en al frontera común y cerrarla, si México no impide la entrada de 3 mil migrantes hondureños que están próximo a llegar al país azteca, para luego continuar hasta Estados Unidos. “Debo, en los términos más firmes, pedir a México que detenga este avance, y si no logra hacerlo, ¡llamaré a los militares y CERRARÉ NUESTRA FRONTERA SUR!”, tuiteó el mandatario que también lanzó críticas contra sus homólogos centroamericanos y contra los demócratas.
El líder republicano, afecto a la red social continuó: “veo el ataque liderado por el Partido Demócrata (porque quiere fronteras abiertas y las débiles leyes existentes) contra nuestro país de Guatemala, Honduras y El Salvador, cuyos líderes hacen poco para detener este gran flujo de personas, INCLUYENDO MUCHOS CRIMINALES”, arremetió el mandatario republicano a menos de tres semanas de celebrarse de las elecciones legislativas.
México, por su parte, se prepara para la inminente llegada de los miles de hondureños que dejaron su país el pasado sábado, con intenciones de ir hasta Estados Unidos, y recién el miércoles llegaron a la frontera de Guatemala. El país azteca ya advirtió que deportará a quienes entren de forma ilegal, aunque atenderá a aquellos que soliciten refugio. “El tema va a ser muy complejo por el elevado volumen de migrantes del que se está hablando”, señaló ayer el titular del Instituto Nacional de Migración (INM), Gerardo Elías García Benavente que también recordó que hay vías legales para que los migrantes sean atendidos por las autoridades mexicanas: “Habrá quien solicite una visa por razones humanitarias (...) y quien solicite refugio, gente que no puede estar en su país y tiene la necesidad de abandonarlo”, explicó Benavente.
Interrogado por la amenaza de Trump, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de México, Luis Raúl González, declaró que la fuerza, la violencia y la amenaza nunca fueron la respuesta a necesidades de protección de personas que no migran por gusto, sino por necesidad. “Migran porque no tienen qué comer o preservando la vida, y México tiene que ser congruente de rechazar esa política de odio, xenofóbica y racista de los Estados Unidos”, manifestó, interpelando a los mexicanos. “Debemos anteponer la dignidad nacional rechazando esas conductas, no caer en la provocación de contestar de igual forma, sino con la razón, con el derecho y aplicando el principio de congruencia, que significa que el mismo trato que queremos para los nacionales en Estados Unidos lo demos a los centroamericanos”, recomendó.
Una parte de las 3000 personas que forman la caravana, está albergada en la Casa del Migrante de Tecún Umán, localidad que está separada del país mexicano por el río Suchiate. Los restantes, aún están más alejados del paso fronterizo, y otros 200 decidieron retornar a Honduras. El gobierno hondureño ofreció para ellos un retorno asistido para que puedan ser trasladados a sus hogares en condiciones seguras.
En tanto, el presidente guatemalteco, Jimmy Morales, criticó ayer el ingreso masivo de hondureños a su país, alertando sobre el riesgo que implicaría una entrada sin control. “La caravana de migrantes puede tener motivos equivocados, no los voy a discutir en este momento. Posiblemente puedan ser reales o provocados”, afirmó durante la inauguración de la X Conferencia Iberoamericana de Ministros de Trabajo, Empleo y Seguridad.
En su discurso, el presidente admitió que Guatemala está viviendo una experiencia compleja desde hace unos días con una migración “muy, muy fuerte y muy importante”. Ante ello, Morales exigió políticas más profundas en la región. “Tenemos que hacer cambios realmente importantes para que sea inclusivo y sostenible esa creación de empleo” en la región, acotó.
Del mismo modo, las autoridades hondureñas rechazaron la movilización asegurando que está motivada por fines políticos y partidarios; una acusación que fue rechazada por el colectivo migrante. Mientras tanto y en miras a encontrar una solución política a la crisis migratoria, los cancilleres y vicecancilleres de Honduras, Guatemala y El Salvador se reunieron el miércoles en Tegucigalpa para analizar posibles soluciones. También participó un enviado especial del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador. “Culminamos con éxito la importante reunión, con el fin de crear una estrategia de desarrollo conjunto entre países del Triángulo Norte (de Centroamérica) y México, con acompañamiento del próximo canciller de México (…) buscando alternativas para lograr bienestar para la gente”, aseguró la ministra hondureña de Relaciones Exteriores, María Agüero. Además informó que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) acompañará el esfuerzo de diseñar una estrategia regional en armonía con los Objetivos del Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. El comunicado emitido por Honduras señala que los ministros acordaron formular un documento de proyecto, que establezca acciones orientadas a propiciar el más alto nivel de desarrollo y bienestar de los cuatro países.
En caso de que los migrantes pidan refugio a México, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) será el órgano encargado de realizar el trámite. La ley migratoria establece que las autoridades deberán dar respuesta en un plazo máximo de 45 días. Durante ese tiempo, los migrantes deberán permanecer en una estación migratoria.
Mientras tanto, México envió unos 200 oficiales de la Policía Federal a la frontera con Guatemala. “Nuestra presencia obedece a la apuesta por una migración segura y regular”, dijo a Foro TV el comisionado de este cuerpo, Manelich Castilla. Los agentes federales que fueron desplegados en los puntos por donde ingresarán los migrantes, no tienen armas y conocen el protocolo para evitar el uso excesivo de la fuerza, aseguró Castilla.