El comienzo del diálogo entre el gobierno de Juan Manuel Santos y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tiene día y lugar: la fase pública empezará el 7 de febrero en Quito. La fecha de inicio de las conversaciones, congelada desde octubre pasado, fue fijada tras la firma de un acuerdo mediante el cual el ELN se comprometió a liberar el 2 de febrero a Odín Sánchez, ex congresista secuestrado desde hace ocho meses, a cambio de la decisión del gobierno de indultar a dos miembros de ese grupo guerrillero. “Es una noticia muy buena para el país, es sumamente importante porque nos permite alcanzar la paz completa”, señaló el presidente colombiano en conferencia de prensa en Davos, Suiza, donde asiste al Foro Económico Mundial, antes de que en Quito se difundiera el acuerdo de partes.

De lograrse un acuerdo definitivo con el ELN, la segunda guerrilla en importancia de Colombia, supondría alcanzar un hito importante en el proceso que abrió Santos para pacificar Colombia. Días atrás, delegados del gobierno de Colombia y del ELN se reunieron por separado en Quito para explorar la posibilidad de iniciar un diálogo para la paz definitiva, pero las negociaciones quedaron congeladas por el secuestro de Sánchez y de otras personas que están bajo cautiverio.

Desde Davos, Santos dijo ayer que podía decir que se había llegado a un acercamiento. “Ustedes recordarán que habíamos impuesto una serie de condiciones como la liberación de un secuestrado, esto ya fue acordado y las fechas de la liberación ya están listas”, manifestó. Consultado acerca de qué pasará si el ELN sigue dilatando la liberación del ex congresista, el presidente respondió con contundencia: “Si no lo liberan, pues no hay negociación”.

Por otra parte, Santos evitó dar más detalles del acuerdo y llamó a esperar nueva información en poder de las delegaciones que se encuentran en Quito.

Por su parte el ELN, a través de su cuenta en la red social Twitter, resaltó el entendimiento y remarcó que “este gran día demuestra que la técnica de las presiones o imposiciones, no son el camino”. “Es un gran triunfo para la sociedad”, destacó.

El documento difundido en Quito no revela los nombres de los guerrilleros que serán beneficiados con el indulto, pero el ELN reclama desde hace meses la liberación de Juan Carlos Cuéllar y Eduardo Martínez Quiroz, ambos recluidos en la cárcel Bellavista, en Medellín, y a quienes la guerrilla quiere nombrar para que acompañen la mesa de conversaciones. De corte procubano, guevarista, con ideales cristianos y con un marcado interés por la cuestión de los recursos naturales, el ELN apareció casi al mismo tiempo que el principal grupo guerrillero del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a mediados de los años 60.  Con ese grupo, de formación campesina, defensor de la desaparecida línea de la Unión Soviética y que cedió en sus ideales marxistas por los bolivarianos, el ELN ha tenido fases de amor y de odio. En los años 80 y 90 las FARC y el ELN formaron parte con otros grupos de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB), pero en los últimos años se enfrascaron en combates por control territorial.