El gobierno de Mauricio Macri se propone realizar un fuerte ajuste en el área de Salud. El recorte salta a la vista al analizar el proyecto de Presupuesto 2019 que el oficialismo pretende aprobar el próximo miércoles, dos días antes de que el directorio del Fondo Monetario Internacional se reúna para definir el salvataje que la administración macrista solicitó para sobrellevar la crisis. La Fundación Soberanía Sanitaria analizó las partidas destinadas a la salud este año y las proyectadas para el próximo y elaboró un informe cuyas conclusiones son que que hay un achique generalizado, con especial incidencia en prevención y promoción de la salud, lo que forma la atención primaria. Las áreas más afectadas son la de prevención y control de enfermedades tropicales, con el riesgo de epidemias que conlleva, la detección del VIH y de las enfermedades de transmisión sexual y la capacitación de profesionales.
“El Presupuesto 2019 ajusta en todas las áreas, excepto en el pago de servicios de la deuda. Pero ése no es el único problema. Hay que analizar la propuesta, porque también podrían distribuir de forma distinta el ajuste. Por ejemplo, no reducen tanto las compras de vacunas o tratamientos para el VIH (¿tal vez porque eso afectaría los intereses de los grandes laboratorios transnacionales?). Pero no articulan como para hacer grandes compras. Nosotros hacíamos compras a través del Mercosur, entonces, al crecer tanto los volúmenes, los precios disminuían muchísimo”, explicó Nicolás Kreplak, ex viceministro de Salud y director de la Fundación Soberanía Sanitaria. “En líneas generales, las áreas más afectadas son las de prevención y promoción de la salud. Esto implica que en pocos años el deterioro en la salud pública del país será un problema serio”, aseguró Kreplak.
El informe de Soberanía Sanitaria analiza el área de Adolescencia y la de Sanidad Escolar. En lo que hace a la salud de los adolescentes, hay una reducción real de 45, 2 por ciento. Y respecto de los chicos en edad escolar (es el área la encargada de transferir dinero a las provincias para que realicen controles de salud en las escuelas), la reducción real es del 97,6 por ciento. Vale aclarar que se llama “reducción real” a la que surge de comparar la diferencia nominal (el presupuesto para 2019 con el del 2018), más la inflación proyectada. En el área de Detección Temprana y Atención de Enfermedades Poco Frecuentes y Anomalías Congénitas, que se ocupa de la formación de profesionales, de la asistencia técnica a las provincias y de la compra de hormona del crecimiento para niñxs de todo el país hay una reducción real del 41,1 por ciento. Estas áreas forman parte del Programa de Atención de la Madre y el Niño, en el que se proyecta una reducción global del 76,4 por ciento, considerando la inflación promedio estimada para 2019.
Para Kreplak, “uno de los datos que deja esto más al desnudo es el de la compra de leche fortificada, para asistencia nutricional de menores de 6 años”. Según el informe, la compra de esta leche se hará en el 2019 a través del programa de Políticas Alimentarias del Ministerio de Desarrollo Social. Se prevé la adquisición de 12 millones de kilos de leche en polvo fortificada, lo que siginifica 1.130.200 kilos menos que en 2018. En el presupuesto del 2018 esta compra ya se había reducido en 5 millones, Por lo tanto, entre el 2017 y el 2019, el Estado nacional redujo sus compras de leche fortificada en un 33,8 por ciento. Esto significa más de 6 millones de kilos de leche que deberán adquirir las provincias para la población más vulnerable. “Estas medidas, al exigir a cada provincia la solución de estos temas, acrecienta las diferencias entre provincias ricas y pobres, deja librados a su suerte a los que más necesitan el aporte del Estado. Y además impiden que el Estado cumpla su rol de equiparador nacional –señaló–. Se reduce la asistencia alimentaria a los chicos, cierran o achican los programas de control de la salud en los escolares y después nos dicen que se ponen a la cabeza de la lucha contra la obesidad infantil, tal como lo impulsan los organismos internacionales.”
Esta reflexión empalma con el achique del Programa de Promoción de Salud y Reducción de los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles, para la reducción de la mortalidad y la morbilidad causadas por esas enfermedades. Los recursos de este programa son los que se dirigen al control de obesidad, sobrepeso, tabaquismo, concientización sobre la alimentación saludable y la actividad física. En esta área hay una reducción real de 34,27 por ciento, lo que contradice el Mensaje del Poder Ejecutivo Nacional que acompaña el proyecto de Presupuesto 2019: “(...) entre las prioridades del Ministerio de Salud y Desarrollo Social se encuentra el combate de la obesidad y malnutrición infantil, una epidemia que ha crecido durante los últimos años y afecta principalmente a los niños de menores recursos”. La reducción de recursos y el achicamiento de programas es una curiosa forma de encarar “el combate”.
“Como conclusión general, éste es un presupuesto a la baja. Y las decisiones que tomaron respecto de las áreas a ajustar muestran una retirada del Estado nacional para descentralizar en las provincias la compra distribución de insumos, sin el adecuado funcionamiento”, cerró Kreplak. En la misma línea, el informe consigna: “La pérdida del rol de rectoría de la cartera sanitaria, que se hizo evidente con la desjerarquización del Ministerio de Salud y que se profundiza con el ajuste presupuestario aumenta las desigualdades entre jurisdicciones. Estamos ante un ajuste que nuevamente vulnera el derecho a la salud de la población en su conjunto”.