LLega al Teatro Municipal La Comedia Almacenados, exitosa obra del español David Desola, dirigida por Susana Hornos, con las actuaciones de Horacio Peña y Juan Luppi. Esta propuesta, que podrá verse el viernes 26 a las 21, plantea el tema del trabajo en una lucha generacional que, llevada al extremo, produce situaciones tensas, abordadas desde el género de la comedia.
El señor Lino tiene cinco días para enseñar al joven Nin el trabajo donde él ha estado 39 años, pero ¿qué tienen que hacer?
Almacenados habla de la necesidad de trabajar, del tiempo y de cómo se enfrentan a él dos generaciones diferentes a través del humor y de preguntas que harán que la obra continúe después de dejar el escenario.
Desola, autor y guionista nacido en Barcelona, tiene una extensa trayectoria no solo como autor teatral, recibiendo entre otros premios el Lope de Vega (2007) por La charca inútil, Hermanos Machado en 2002 por Estamos, estamos y Marqués de Bradomín en 1999 por Baldosas.
Almacenados fue seleccionada en el Bagdad Internacional Festival of Theater y se puso en escena en diferentes países, llegando ahora a nuestro país con el aval de la crítica y el público internacional.
Por su parte, la directora Susana Hornos lleva estrenada junto a Zaida Rico la Trilogía Republicana (Granos de uva en el paladar, Pinedas tejen lirios y Auroras) basada en cuentos de su autoría que se sostuvo durante cinco años en cartel en nuestro país.
"La verdad es que en Almacenados se dio una de esas magias teatrales que a veces cuesta creer, un amigo mexicano me pasó el texto de David Desola, que hace años que en su país se viene haciendo”, dijo la directora a este diario.
"Yo sabía de su existencia porque en España la hizo Pepe Sacristán, y justo el autor vino invitado por un proyecto de Iberescena cuando yo estaba dirigiendo la obra Las últimas lunas, con Federico Luppi”. Hornos tuvo un encuentro con Desola a la salida del teatro y allí este le propuso dirigir algunos textos suyos en nuestro país. "Cuando me pasó Almacenados le dije «¡La acabo de leer! Me la pasó un amigo que vive en DF». Y ahí empezaron los mails y las llamadas porque lo real es que la obra en el momento que la lees la quieres dirigir", confesó la directora.
Hornos escribe también para cine y televisión, con trabajos seleccionados para el ciclo Nuestro Teatro de Buenos Aires o para Cepia, del Ministerio de Cultura nacional. Toda buena dramaturgia exige siempre un cuidado especial en la elección de los actores, y en este caso la directora conocía bien a estos dos talentosos creadores reconocidos por haber participado en notables producciones dramáticas.
"A Horacio Peña lo vi en el mismo año en tres montajes: Decadencia, Animales nocturnos y Pequeñas infidelidades. Te diría que sin saberlo él me eligió a mí: lo puede hacer todo, le vi hacer todo. Hay actores con inmensa trayectoria, pero sin tanta versatilidad; él tiene las dos cosas", comparó. Sobre Juan Luppi, Hornos destacó su trabajo en La forma de las cosas. Aunque el personaje era tan opuesto, lo que se veía en él eran los detalles, la naturalidad, esos pequeños gestos que lo habitan.
-- ¿Cómo se produce el encuentro entre los tres en contacto con el material a trabajar? –preguntó este diario.
-- Una vez iniciado el proceso juntos, no hay misterios ni asuntos trascendentales o intelectuales, se trabaja y se trabaja, muy atentos a las situaciones, a no subrayar, a ir creando el vínculo antes que los personajes, y así hoy puedo decir que estoy muy orgullosa cuando el público a la salida me habla de la empatía, de la química de Juan y Horacio en escena. No me canso de verlos actuar juntos", celebró Hornos.
Todo director siempre puede definir cuáles son para él las coordenadas principales por las que pasa el trabajo del autor. Para Hornos, Almacenados trata de dos temas vitales.
"La obra tiene dos temas para mí tan universales como actuales: el trabajo y la diferencia generacional; el trabajo, nuestra relación de dependencia, nuestro dejarnos esclavizar por el miedo a perderlo, no importa el sueldo y las condiciones sino que sea fijo y pueda seguir manteniéndolo", analizó. “Y este vínculo –continuó– entre el hombre que está por jubilarse (Señor Lino) y el aprendiz que recién llega (Nin), ya sea en el trabajo o en la familia, la oposición y convivencia entre la experiencia y la juventud siempre son relaciones ricas, complejas, llenas de identificación y humor para cualquiera de nosotros".
-- ¿Cuál es la respuesta del público frente a este planteo dramático?
-- Al final, siempre alguien te dice que conoce a un Señor o a una Señora Lino; resulta gratificante cuando el teatro nos muestra ese espejo de nuestras vidas pero nos devuelve la imagen con preguntas y humor, es un Dorian Gray atípico, chusco e irrespetuoso.