PáginaI12 En Brasil
Desde San Pablo
La batucada marcó el ritmo en el inicio de la concentración en la explanada del Museo de Arte de San Pablo, donde miles y miles de personas llegaron para “defender la democracia” y la candidatura de Fernando Haddad para la segunda vuelta del 28 de octubre, ante lo que consideran el avance del “fascismo” encarnado por el candidato Jair Bolsonaro (PSL). Bombos, cuicas, timbales y hasta un saxo sonaban como un preludio sin fin del canto que se popularizó durante toda la jornada: “Bolsonaro va a caer” y “atención trabajador, Bolsonaro está con el patrón”. La fuerza, el ritmo, y la voz de la manifestación tuvieron como protagonistas a las mujeres y el movimiento LGTB. Tanto el PT como las distintas fuerzas democráticas de Brasil organizaron movilizaciones y manifestaciones por todo el país. Hoy será el turno de los adherentes de Bolsonaro.
La explanada del Museo, ubicado sobre la Avenida Paulista, fue el punto de encuentro. Desde la plaza Largo da Batata en el barrio Pinheiro partió una columna que llegó al MASP cerca de las 16. Los carteles y pancartas tenían los rostros de Lula y Haddad, frases como “más amor y menos armas”, “usted decide entre holocausto o democracia”, “mujeres contra Bolsonaro”. Una de esas mujeres era Cristina Geremías, abogada de 50 años que tenía una remera con la siguiente leyenda: “Voto a Haddad. Pregúnteme por qué”. Y esa fue la pregunta de este cronista.
“Voto a Haddad porque estoy a favor de la democracia y porque no queremos una Dictadura. Haddad propone un gobierno participativo, con un rol importante para la sociedad civil, una democracia más participativa que incluso sirva para la gobernabilidad y evitar otros posibles impeachment (el golpe institucional que ocurrió contra Dilma Rouseff en 2016)”, sostuvo la abogada que tenía en sus manos calcomanías con la consigna “Elle Nao”.
–¿Por qué cree que se produjo el ascenso de Bolsonaro?
–Desde el golpe de 2016 se empezó a organizar para dar un golpe mayor. A eso hay que sumarle las disputas internas del PT y la izquierda que permitieron el ascenso de la derecha. Gran parte de la sociedad brasileña es conservadora pero hay que hacer lo posible para que no ganen.
La explanada del museo fue quedando chica a medida que pasaban los minutos. Rápidamente, la Avenida Paulista, de cuatro carriles por mano, fue tomada por la movilización. El MASP seguía funcionado. Mientras algunos hacían la cola para adquirir un ticket y bailan al ritmo de “Bolsonaro va a caer”, otros miraban con sorna. Susana Cidade, una mujer de 65 años que estaba con su marido, Waldir, resumió lo que está viviendo Brasil en este momento: “Con Lula libre otra sería la situación, entonces Haddad ahora es la mejor opción. Bolsonaro defendió la tortura, está en contra de los negros, aboga para que los niños tengan armas de fuego. No quiero eso para mi país… ni para la Argentina”, sostuvo –con un gesto de complicidad hacia el cronista– y agregó: “Hay que estudiar bien este período en toda la región”.
Si gana la segunda vuelta el domingo próximo, nadie puede saber a ciencia cierta si Bolsonaro será el presidente que quieren los militares que lo apoyan, o si será todo lo neoliberal que prometió ser, pero sí existe un temor latente. La última encuesta de Datafo- lha indica que para el 50 por ciento de los electores existe un riesgo cierto de “volver a una dictadura”, cuando en 2014 esa sensación de riesgo sólo llegaba al catorce por ciento.
“Hay un peligro inminente. ¿Qué se puede esperar de alguien que idolatra a los torturadores? Creo que podría ocurrir una especie de Dictadura disfrazada, no como la que ocurrió en Chile”, afirmó Mauricio, chileno que reside en Brasil desde hace 30 años cuando se casó con Sonia, su mujer brasileña. “Una dictadura disfrazada donde se terminen los derechos constitucionales o el congreso sea obturado”, agregó.
–Pero no todos los electores de Bolsonaro son fascistas o quieren la dictadura.
–Hay mucha confusión entre los votantes o desinformación. La gente se agarró del discurso de la corrupción o la violencia y lo apoya por eso. Entonces, descreen de cualquier posibilidad de giro autoritario. Yo creo que el peligro es inminente –concluyó el chileno que se dedica al negocio inmobiliario.
El ritmo, la música, los cánticos no cesaban. Del catártico “¡Elle Nao!”, las miles de personas que estuvieron este sábado manifestándose en las calles de San Pablo y otras ciudades pasaban a cantar “¡Marielle presente, Marielle presente!”, por Marielle Franco, socióloga, feminista y política asesinada a principio de año.
Entre los manifestantes estuvo el diputado nacional Nicolás del Caño, invitado por el Movimiento Revolucionario de los Trabajadores de Brasil, el movimiento de “Estudiantes contra el fascismo” y el “Frente Autónomo Antifascista”, entre otros, se desprendieron de la concentración para realizar una movilización por la Avenida Paulista. Como no podría ser de otra manera, la columna era encabezada por un grupo de mujeres afrodescendientes que bailaban en su constanteavance.
Entre todes los asistentes se distinguieron algunos pañuelos verdes de la campaña nacional por el aborto legal y seguro en la Argentina. Elena tiene 23 años, está con un grupo de jóvenes que llevan remeras con la leyenda “Rua: Juventude Anticapitalista”, ella estuvo en Buenos Aires cuando se hicieron las vigilias en el Congreso y ahora portaba el pañuelo heredado de esa lucha que al parecer es regional. “Queremos votar por la democracia, las amenazas son muchas si llegara a ganar Bolsonaro, no podemos permitir que acceda al gobierno alguien que sostiene un discurso de odio contra las mujeres, los negros, ni la violencia social”, sostuvo esta estudiante de Relaciones Internacionales de la Universidad de San Pablo.
Bolsonaro también formuló declaraciones en contra de los refugiados sirios y africanos. Persiste la duda de si dice lo que otros quieren escuchar o es capaz de llevar adelante lo que sus palabras implican. Sara es una refugiada siria, está en Brasil desde hace cuatro años y medio y no tiene dudas sobre los riesgos detrás del discurso xenófobo del candidato del PST: “Él es xenófobo, fascista, machista. Tiene un discurso fascista. Llegué aquí huyendo de un gobierno dictatorial y también estoy aquí en contra de Bolsonaro. Elle Nao, elle nunca”, concluyó Sara, antes que su voz se perdiera entre los cánticos y batucadas que le dijeron “no a Bolsonaro”.
@spremici