Hay un antes y un después. No solo para las personas, sino, especialmente, para las comunidades que forman esas personas y los lugares donde transcurren sus vidas todos los días. En los seis años que llevan organizando OH, dicen algunos de los organizadores, vieron cambiar paisajes. “Nos pasó mucha veces, por ejemplo, ver que edificios que conocemos desde siempre y que estaban muy venidos abajo, los limpian, los ponen en orden, porque saben que van a recibir gente. Como para ellos es un orgullo mostrar el edificio, se ponen las pilas. Por ahí tienen ganas de arreglarlo pero nunca lo hacen, y con OH quizá no es que se hacen intervenciones profundas, pero sí la gente quiere mostrar su casa de la mejor manera y hacen algo por mejorarla”, explica Ignacio Queraltó.
“Hemos visto edificios como el atelier Bonet, el de talleres para artistas en Paraguay y Suipacha. Estaba bastante venido abajo y vimos el proceso de restauración. Había un grupo de arquitectos que tiene el estudio ahí; y uno de ellos estaba siempre tratando de convencer a los vecinos de hacer reformas, pero no pasaba nada. En seis años vimos el proceso: el lugar participó los seis años y hoy está restaurado. Hicieron una puesta en valor de la fachada bastante buena. Incluso hubo gente que compró ahí y restauró a original. Creo que ayuda el tema de visibilizarlo para que pase eso”, añade Ricardo Pomphile, también arquitecto, que pone nombres a lo que cuenta uno de sus compañeros de persistencia. “Es un caso interesante porque se trata de la restauración de un edificio paradigmático moderno. No solamente es importante cuidar el patrimonio histórico sino también el moderno, el más reciente, que la gente por ahí no lo valora, no lo conoce tanto. Difundirlo es importante para que se preserve, porque desde el punto de vista arquitectónico es casi tan importante como lo histórico”, razona Queraltó.
Con los años, además, los recorridos posibles se ampliaron. El próximo fin de semana, por ejemplo, no sólo estarán disponibles espacios de fuerte valor patrimonial que tradicionalmente funcionan como imán de visitas (el bellísimo Edificio Bencich, de Florida y Diagonal Norte). En el barrio de Saavedra, por ejemplo, se podrán recorrer dos ejemplos de casas sustentables. “Una es casa Holmberg, que tiene toda una intervención de acceso en bicicleta, una rampa en el patio central. Se puede acceder con la bicicleta a los distintos niveles. Es un complejo, un edificio de departamentos. Y también está Casa HO, que también tiene un concepto de casa sutentable en cuanto a cómo se ventilan los espacios, cómo se dispone el ahorro de la energía. Son cosas más pensadas a enfocar a lo contemporáneo, lo que está pasando hoy”, detalla Pomphile. En la otra punta de la ciudad, se abrirán las puertas de la Casa COlectiva Las Flores (en el barrio, precisamente, de Flores). “Es obra de Fermín Bereterbide, el mismo que diseñó el Barrio Parque Los Andes, que otros años estuvo en OH. La Casa Colectiva es un barrio similar, que abarca media manzana, en vez de ser toda la manzana, como en el caso de Chacarita. Es un edificio paradigmático porque es un bereterbide. No está tan bien conservada como la construcción de Chacarita, pero que participe de OH por ahí lo hace más visible”, añade.
“El edificio es un hito arquitectónico de la ciudad, pero tal vez no es tan conocido; por eso es bueno que participe de OH. Hay dos edificios, uno es súper conocido y el otro es prácticamente igual o súper parecido, es del mismo arquitecto, forma parte del mismo plan y nadie lo conoce, entonces no se lo valora. Una forma de que se lo conozca es que participe de OH, que salga en los medios. De alguna manera, la gente empieza a ver que esos edificios hay que cuidarlos”, añade Queraltó.
Cuentan Elisa Rocca y Santiago Chibán (que completan el equipo de OH, junto con Georgina Gabrielli) que la idea de sumar obras de infraestructura, villas en proceso de urbanización, edificios públicos, y hacer recorridas por distintas zonas (en bicicleta, pero también a pie), tiene que ver también con el corazón de CoHabitar Urbano: ver, entender y vivir la ciudad de otra manera.