Los vecinos de Floresta son un ejemplo del vaciamiento de comisarías en algunas zonas de la ciudad y en ese sentido, manifestaron su preocupación y miedo por el aumento de hechos delictivos en los últimos meses. A modo de ejemplo mencionaron que hace unas semanas en las calles San Blas y Sanabria “en dos horas hubo cuatro entraderas”, y que el 26 de julio pasado “robaron a tres autos en la misma cuadra”.
Marta, una vecina que no quiere dar precisiones sobre su identidad por temor a represalias, además de recordar los robos que pasaron a ser cotidianos en el barrio, hizo hincapié en que a los policías nuevos les falta preparación. “Por más policías que tengas en las calles, si no los tenés formados no sirven de mucho”, subrayó.
Desde que comenzó a instrumentarse el Plan de Seguridad del gobierno porteño el barrio perdió tres de las seis comisarías que tenían y por eso consideran que la zona está liberada. “No tenemos a dónde ir a hacer las denuncias por los delitos de los que somos víctimas”, explicó otra vecina. “Vivo hace 40 años acá y nunca me habían robado. Me robaron en la puerta de mi casa, y nos está pasando a todos”, se quejó la mujer en diálogo con PáginaI12.
Por su parte, una jubilada contó que hace dos semanas, a partir de que entraron a robar en la casa de una vecina “y se la reventaron”, se organizaron para averiguar qué era lo que estaba pasado en el barrio y que fue entonces cuando se dieron cuenta de que la comisaría 43ª había quedado desafectada y que a ellos ahora les pertenecía la de Liniers.