Siete detenidos y el secuestro de armas, municiones, celulares y documentos fue el saldo que dejó una serie de allanamientos que se realizaron ayer, en el marco de la investigación sobre el secuestro del comerciante de la comunidad gitana Collan Miguel, ocurrido el mes pasado y que fue liberado horas más tarde tras el pago de una importante suma de dinero. Personal de la Policía de Investigaciones (PDI) realizó en la madrugada un total de 18 allanamientos en Rosario y Pérez, en conjunto con la Policía Federal Argentina, por el secuestro extorsivo consumado el 3 de septiembre en la compraventa de vehículos usados de Arijón y Crespo, propiedad de los Miguel. Ayer aprehendieron a Rogelio R. (19), Diana B. (19), Joel E. (22), Ignacio O. (30), Gustavo F. (36), José Luis M. (39) y Bernardina E. (52). Y procedieron al secuestro de una ametralladora calibre 9 milímetros, una carabina calibre 22 mm, un revólver calibre 32, uno calibre 22, una pistola calibre 22, 600 cartuchos calibre 9, y más de 100 cartuchos de diferentes tipos y calibres (foto). También secuestraron 43 teléfonos celulares, documentos, capuchas, precintos, y guantes. El director de la PDI, Daniel Corbellini, dijo que las personas arrestadas tenían “armas muy poderosas y muchísimas balas”. Se mostró sorprendido por el poder de fuego: en total se secuestraron unas 500 municiones calibre 9 milímetros y otras para fusiles. “Se secuestró mucha telefonía celular y un subfusil de fabricación israelí. Hacemos hincapié en el material. Advertimos el poder de fuego de los secuestradores. Por eso en la operación se acordó con la Justicia Federal la participación de fuerzas federales", comentó. "Estamos ante la conformación de un grupo con cierto poder de fuego o que administraba el uso de armas", conjeturó. Corbellini añadió que había procedimientos en curso para dar con prófugos en el marco de la investigación. Cabe recordar que Collan Miguel, de 76 años, pasó más de cuatro horas en cautiverio luego de que se lo llevaran a punta de pistola del establecimiento que tiene hace tres décadas. Sus captores quedaron filmados y los pesquisas de la PDI creen que esa tarde actuaron con poca logística y falta de inteligencia previa como para no evitar que sus rostros quedaran registrados en video.