La pelea por la aprobación del megaproyecto inmobiliario de la constructora de Aldo Lattuca para Corrientes al 800 –la manzana 125– tuvo ayer un nuevo round en el Concejo, esta vez en la comisión de Ecología. Acudieron miembros de una ONG referente en ambientalismo, Taller Ecologista, y le apuntaron a la altura de las torres proyectadas, que duplicarían el promedio del entorno, atentarían contra la sustentabilidad energética, y contribuirían a la contaminación sonora y ambiental, entre otros efectos. “Queremos que se garantice el derecho de acceso a las energías limpias como la luz solar. Creemos que la edificación debe considerarse en función de la energía”, indicó Mirko Moskat. La ONG aduce la ineficiencia del modelo energético planteado por el proyecto de Lattuca y advierte que no es sustentable. Entienden que es contradictorio promover el uso de energía solar y autorizar tres torres cuyas alturas generarán un cono de sombra en otros edificios de la zona y bloqueará la penetración de luz solar. Por eso esperan que todos estos puntos sean evaluados a través de un informe de impacto ambiental, que ya aprobó y requirió la comisión de Ecología.
La entidad cuestiona el proyecto inmobiliario desde que apenas trascendió a la opinión pública. Consideran de negativo impacto el proyecto inmobiliario y de reconversión urbanística en altura previsto para el inmueble donde hoy funciona la playa de estacionamiento Parking Mall, conocido como “manzana 125” por su numeración catastral.
El megaproyecto pretende levantar tres torres de hasta 25 pisos en la manzana comprendida entre Corrientes, Paraguay, Córdoba y Rioja. La ONG ecologista ya había sostenido en público que “se parte de un diagnóstico falaz respecto de la supuesta necesidad de revitalizar esa zona céntrica porque dicho proyecto no contribuiría a ese objetivo. En cambio –argumentan- traería nuevos problemas. Particularmente, respecto de un incremento del uso de automóviles que harán colapsar aún más una zona ya saturada”. También plantean que “la supuesta sustentabilidad ambiental que los desarrolladores venden es engañosa” y se trata de “marketing verde o greenwashing”, apuntaron.
Ayer Moskat reiteró esos conceptos en la comisión que preside el peronista Osvaldo Miatello. Reconoció que “hay lugares particulares del centro de la ciudad que podrían considerarse con cierto grado de deterioro y sobre los cuales podrían pensarse revitalizaciones”. “Pero -aclaró- es falso que la zona específica en donde se pretende desarrollar el proyecto se encuentre en esta situación”.
“Este proyecto, más bien, por la escala exorbitante de su volumen edificable, puede generar principalmente un ‘uso de enclave’, con visitantes o residentes desarrollando sus actividades en el complejo pero sin integrarse demasiado al entorno, más allá del espacio comercial proyectado para la planta baja”.
El militante ecologista también advirtió que “se presenta una visión de sustentabilidad engañosa, como si la sustentabilidad se redujera a poner terrazas verdes o paneles solares, que generarán una cantidad insignificante de energía respecto del consumo del complejo de torres proyectado. La sustentabilidad de un proyecto –agregaron- debe analizarse pensando en la interrelación del proyecto con la ciudad como un todo, no de una manera reduccionista”.