El arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, aseguró que “el papa Francisco no ha tenido ninguna injerencia” en la decisión de realizar la misa el sábado último en la Basílica de Luján, a la que asistió una multitudinaria manifestación de trabajadores, militantes sociales y políticos para reclamar “Paz, pan y trabajo” y rechazar las políticas de Cambiemos.
“La decisión de realizar la celebración de la misa en Luján fue absolutamente mía”, precisó Radrizzani, a través de un comunicado. “No hubiese sido pertinente negarme al pedido que me hicieran hace 40 días ya que valoré como muy positiva la intención de rezar por la paz, el pan y el trabajo”, detalló. “Nunca tuve la intención de apoyar ni a un partido, ni a una ideología, ni a personas concretas”, sostuvo, en descargo por las críticas que apuntaban a la presencia de Hugo Moyano en la misa.
“Lo esencial para mí, en estos momentos históricos, es aprender a caminar juntos para superar la dolorosa brecha que vivimos en nuestra sociedad”, cerró el texto que llevó su firma y fue difundida por el obispado.
El sábado pasado, Radrizzani ofició una misa en un escenario montado frente a la Basílica de Luján, donde aseguró que “nuestro pueblo debe ser artífice de su propio destino y no quiere tutelajes, ni injerencias donde el más fuerte subordina al más débil”.
“Si realmente queremos un cambio positivo tenemos que asumir humildemente nuestra sana interdependencia. Pero interacción no es nunca sinónimo de imposición. El futuro de la Nación no está únicamente en manos de los dirigentes: está fundamentalmente en manos de nuestro pueblo, en su capacidad de organizarse para lograr este proceso de auténtico cambio”, aseguró entonces Radrizzani.