Los trabajadores del hogar de niños Curapaligüe, ubicado en el barrio porteño de Flores, donde viven alrededor de cincuenta chicos, incluidos varios bebés, denuncian que el hogar está sobrepoblado y con graves problemas estructurales. Los chicos viven sin gas desde agosto del año pasado, con habitaciones y baños clausurados y cada vez que llueve cae agua por las instalaciones eléctricas y toma corrientes. En noviembre, la Justicia de la Ciudad corroboró el estado del hogar y le ordenó al Gobierno porteño realizar las reparaciones necesarias. Para los trabajadores, los arreglos fueron “parches”.
“En el hogar viven 47 chicos cuando debería haber 30, hay cables colgando, tomas de luz expuestas y la estructura está muy deteriorada. Hace años que cae agua por los artefactos eléctricos y siempre dan una explicación diferente. A esto hay que sumarle que falta personal y que a veces queda uno o dos trabajadores para cuidar a veinte chicos, con ocho bebés. La situación es grave”, le contó a Página/12 Gastón Siquier, delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).”
La denuncia no es nueva. En noviembre pasado, la justicia porteño hizo lugar a una medida cautelar solicitada por la Asesoría Tutelar Nº 1 en donde se solicitaba al Gobierno de la Ciudad que garantice un “ambiente adecuado y seguro”. En esa oportunidad, la jueza Cecilia Molica Lourido intimó a las autoridades a colocar redes de contenciones en las barandas y rejillas en el patio, reemplazar los vidrios astillados, garantizar un sistema seguro de provisión de agua caliente, reparar los detectores de humo y garantizar que tanto la ropa de cama que usan los chicos como el resto del mobiliario esté en perfecto estado.
“Vinieron e hicieron algunos arreglos pero muy puntuales, fueron parches. En agosto hubo una fuga de gas y las autoridades quisieron arreglarla clandestinamente. Los trabajadores tuvimos que llamar a Metrogas y terminaron cortando el suministro. Desde ese momento seguimos sin gas. Teníamos que calentar el agua con pavas eléctricas para bañar a los bebés”, sostuvo Siquier.
Desde el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, que conduce Guadalupe Tagliaferri, desestimaron el reclamo de los trabajadores y aseguraron que las obras se están haciendo. Consultados por este diario, sostuvieron que están trabajando en el cambio de todo el mobiliario, la impermeabilización de la terraza y la pintura de las habitaciones.
Este mediodía los trabajadores del Curapaligüe salieron a la calle con fotos y juegos para visibilizar las condiciones en la que se encuentra el hogar. La intervención, pautada hacia el mediodía, se realiza en la plazoleta Primer Junta, en Rivadavia y Del Barco Centenera, a unas cuadras del hogar.