La justicia procesó nuevamente a Francisco Amador, el ex novio de Marianela Rago Zapata, la joven que en 2010 apareció degollada en su departamento de Balvanera, y por cuyo crimen el mismo Amador había sido sobreseído por quinta vez en agosto de este año. La Cámara del Crimen, que anuló ese último sobreseimiento, consideró que hay más evidencia en su contra que prueba que lo exculpe. "Hoy podemos decir que la Justicia escuchó a Marianela y que luego en una revisión global de la causa y pruebas presentadas, podemos avanzar un paso más", dijo Patricia Zapata, madre de la joven asesinada, al conocer la decisión judicial. "Para nosotros es una luz después de ocho años, pero somos conscientes de que nos queda todavía un largo camino por recorrer. Nada es definitivo", añadió.
La resolución recordó que la investigación acreditó "que el indagado ejercía hacia la víctima violencia física y verbal de manera reiterada, traducida en golpes, amenazas de muerte y hasta un intento de ahorcamiento", y que familiares y amigos declararon que Amador y Rago Zapata, que habia cortado la relación sentimental poco antes de ser asesinada, "mantenían un vínculo enfermizo y violento".
En caso de que al defensa de Amador no apele la resolución, la causa podría ser elevada a juicio oral.
La madre de Rago Zapato advirtió que "hay indicios racionales de criminalidad contra Amador y la consecuencia jurídica es que se le imputa totalmente que ha participado de un acto punible grave y es por esto que adquiere la condición de acusado".
Amador, de 31 años, quedó procesado --sin prisión preventiva- por homicidio simple. Con su resolución, los jueces de la Sala VI de la Cámara, Julio Marcelo Lucini, Mariano González Palazzo y Magdalena Laíño, convalidaron los argumentos de las apelaciones de la fiscal Marcela Sánchez, y la abogada de la querella, Veronica Cicchi, quienes habían reclamado luego de que la jueza en lo Criminal y Correccional 15, Karina Zucconi, dictara el quinto sobreseimiento del imputado.
Los camaristas consideraron que "la investigación realizada por la jueza de la instancia anterior, instada en su mayoría por esta Sala a través de sus distintas integraciones, revela que no se reúne --en modo alguno-- la certeza negativa que, inexorablemente, exige nuestro ordenamiento jurídico vigente para disponer la desvinculación de Amador". De hecho, advirtieron, "las pruebas producidas y, especialmente, las incorporadas tras la última revocatoria de la decisión similar adoptada el año pasado, valoradas de manera global, refuerzan la probabilidad positiva que motivó la sospecha inicial del imputado como autor del evento". Para la Sala, "los datos positivos verificados exceden de manera objetiva a los desincriminantes".
En la investigación, "se ha acreditado que el indagado ejercía hacia la víctima violencia física y verbal de manera reiterada, traducida en golpes, amenazas de muerte y hasta un intento de ahorcamiento" y que "todos sus allegados" declararon que "mantenían un vínculo enfermizo y violento".