Koselleck tuvo una amplia formación en historia, sociología y filosofía, pero dedicó su vida a la historia conceptual como una búsqueda por comprender la eficacia histórica de los conceptos y sus usos, permitiendo desplazamientos entre la hermeneútica y la pragmática. 

Sus aportes a la disciplina de la historia conceptual y a la epistemología histórica se cristalizaron en libros como “Historia y hermenéutica” publicado con Hans Georg Gadamer, “Los estratos del tiempo: estudios sobre historia” o “Historia”. 

Sin embargo, sus aportes no se limitaron a esos campos, sino también abarcaron a campos sociológicos, entre ellos los estudios sobre la movilización social. En general, su teoría de los Estratos de los Tiempos Históricos y en particular sus libros “Futuro pasado. Para una semántica de los tiempos históricos” y “Aceleración, prognosis y secularización” han sido claves. 

La pregunta por el tiempo histórico llevó a problematizar sobre el campo de la acción política que se abrió con la modernidad. Ese tiempo histórico se define a partir de la diferencia entre el futuro y el pasado y puede organizarse según diferentes temporalidades. Estas condensan problemas públicos y modos legitimados de acción política. Esas temporalidades se dislocan debido a crisis o puntos de inflexión que se suceden en el flujo histórico. Esta concepción rompe con una idea lineal de la historia pero también con un pedido de coherencia y consistencia temporal a los diferentes procesos. En pocas palabras, permite obviar preguntas mecánicas y espasmódicas sobre la movilización social, por ejemplo porqué no hay mayor conflicto o movilización frente a crisis económicas. ¿Qué esperan los actores sociales para impugnar un gobierno cuyo modelo económico es altamente perjudicial para la población? Desde Koselleck no nos preguntamos por la reacción de los actores a procesos políticos y económicos, sino como se intercalan, se condensan o inhiben ciclos de movilización en ciertas temporalidades y como se vinculan con procesos contemporáneos. 

Además, Koselleck hizo otro aporte al desarrollar las nociones de “espacio de experiencia” y de “horizonte de expectativas”. Las experiencias como los modos en que los agentes viven, registran, elaboran e incorporan acontecimientos significativos, no sólo de sus biografías sino también en tanto integrantes de una generación. Las expectativas se constituyen en esa intersección entre la experiencia de los agentes y sus anhelos y deseos. Implican una orientación de la acción en un sentido colectivo. 

Esta perspectiva ha propiciado la construcción de una trama en la que intervienen acontecimientos, actores colectivos y prácticas. Una trama de carácter intersubjetivo sobre la que se sostienen interacciones en tiempo y en un espacio. Esa delicada relación que supone la repetición de las estructuras y los cambios sociales. Esas nociones de expectativas y experiencias han sido claves para pensar el tiempo de la movilización, para analizar sus velocidades, aceleraciones o demoras. 

Es cierto que Reinhart Koselleck no se dedicó al estudio de la movilización social. Sin embargo, su enfoque de las temporalidades ha sido significativo. En parte porque ha permitido considerar las oportunidades para la acción y la constitución de actores colectivos insertos en una trama sincrónica y diacrónica a la vez. Por otra parte, porque las organizaciones están moldeadas por la temporalidad en la que emergen, esta abre condiciones para repensar el horizonte de expectativas y el espacio de experiencia reformulando en su devenir los problemas de una época y los márgenes de legitimidad política. 

El gran mérito de este enfoque es que ha permitido la comprensión de la movilización sin presumir determinaciones, sino en todo caso yuxtaposiciones, solapamientos y eventuales condicionamientos, permitiendo reconstruir el “espíritu de época” en que los actores colectivos se organizan, toman decisiones e intentan transformar el mundo.

 

Ana Natalucci: Dra. en Ciencias Sociales, Investigadora Adjunta del CONICET y profesora del Seminario Acción Colectiva y Movimientos Sociales, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires