La Maternidad Estela Carlotto, en Moreno, cumplió cuatro años y sus resultados demuestran que la atención respetuosa y sin violencia en la salud pública es posible. En la Maternidad se realizaron 3.000 nacimientos respetados, pero en el 2016 creció un 40 por ciento la cantidad de partos y cesáreas (mínimas, pero también respetadas) que no solo cumplen con las normas de acompañamiento, tiempo de espera, buen trato y posiciones elegidas para una maternidad deseada y pujante, sino también para evitar embarazos no buscados. Solo en el último año se llevaron a cabo 364 ligaduras de trompas (y 500 en toda la gestión desde su inauguración) y 30 vasectomías. Además, se proveyó a más de 5 mil personas de métodos anticonceptivos de larga duración y se colocaron 800 implantes subdérmicos. A partir de su apertura también se efectuaron más de 150 interrupciones legales del embarazo y 81 en el 2016. Por otro lado, la oferta de mamografías pudo detectar 40 casos de cáncer de mamá y su derivación para el tratamiento adecuado. 

Una de las premisas es cumplir con la ley 25.929 de parto humanizado con escucha, información, contención y acompañamiento. Por eso, las cesáreas se realizan solo cuando son necesarias -en el 13 por ciento de los casos- una cifra mucho menor que el 30 por ciento de intervenciones en la mayoría de los hospitales públicos. Pero, además, las cesáreas también son respetadas. “La embarazada es acompañada por la persona que elija, puede realizar el contacto piel a piel inmediatamente después del nacimiento y se estimula la lactancia materna desde el primer momento”, explican desde la maternidad que es un modelo de atención. Pero que requiere de mayor personal e inversión para seguir creciendo y aumentar la disponibilidad y capacidad de ofrecer un servicio de excelencia y respeto de derechos sexuales a las mujeres.