Dos definiciones sintetizan al Fetem, el Primer Festival de Tango de Temperley, que comenzó anoche en el centro cultural El Padilla (Av. Meeks 1058 de esa localidad bonaerense). La primera es “abrir el juego a otros lugares del conurbano donde no se conoce tanto la movida”. La segunda es “una respuesta política a la situación actual”. Del Fetem participarán 16 grupos (entre dúos, cuartetos, bandas y orquestas típicas) y dos DJs. Todos haciendo foco en el tango contemporáneo. Es que aunque el sur del conurbano bonaerense es pródigo en milongas (Banfield, por ejemplo, tiene un epicentro muy fuerte), tienden a ser espacios más tradicionales desde lo musical. De la organización participa la gente del Padilla y los guitarristas Cristian Huillier y Pablo Sensottera, ambos del Cuarteto La Púa.
Anoche se subieron al escenario el dúo Guerrero-Scalerandi, La Vagabunda (presentando disco), el cuarteto del Tape Rubín junto a Lacruz-Heler-Nikitoff y Astillero. Hoy será el turno de La Púa con Victoria di Raimondo, Finisterre, Pampa Trash y la Fernández Fierro, en una jornada que cerrará a pura milonga con Tandas Nuevas. Mañana se presentarán 34 puñaladas, el Quinteto Criollo González Caló y Juan Serén, Quiero 24 y la Orquesta Típica Ciudad Baigón. La segunda milonga del festival será musicalizada por Federico Elguero (referente de, entre otros espacios, El Parakultural). Para la jornada de cierre se espera a Dema y el Maestro, a Jua Vattuone Trío, Araca París y la Orquesta Típica La Vidú.
“Hacer un festival de estas características, juntarse en un festival independiente, es una respuesta política a la situación actual”, plantea Sensottera. “En época de meritocracia y sálvese quien pueda, creemos que lo colectivo, lo solidario, tender lazos entre gente con un sentido más crítico de las cosas, es una forma de resistencia y a la vez pasarla mejor, sentirse acompañado”. Y aclara que “juntos” debe leerse “en mayúsculas”, no para hacer bulto, sino para resistir en compañía.
La camada de músicos de tango que se empezó a desarrollar a fines de los 90 y que hoy muestran una madurez y solidez artística notable lleva largo rato trabajando de modo autogestivo. Al punto que descubren que resuelven “casi naturalmente”. Según explica el guitarrista “hablamos con amigos que nos cruzamos habitualmente, compañeros de noche y concierto, de bohemia, llamamos a los que teníamos más a mano que son justamente los que están proponiendo tangos con visión propia, con mucha personalidad”. La consigna de los tangos nuevos, reflexiona, “es una forma de darle identidad a nuestra visión de la realidad actual”. Esa misma rutina aceitada de trabajo les permitió incorporar otras experiencias que a veces son esquivas en otros festivales independientes, incluso en algunos de mayor envergadura, como las milongas. “Como tenemos tan aceitado lo otro, pudimos pensar en cosas que nos vienen demandando, como los milongueros que están pasando músicas nuevas, dándole impulso y apoyo a las nuevas orquestas y propuestas”, señala Sensottera. “Somos parte de lo mismo, sentimos lo mismo y queremos acompañarnos mutuamente, y viendo que van a ser noches alegres, terminar con una milonga es ponerle la frutilla al postre.”