Desde el sábado 10 y hasta el domingo 18 de noviembre, los ojos de la comunidad cinéfila se posarán sobre las 14 pantallas donde se proyectarán las 271 películas provenientes de 51 países que componen la programación de la 33° edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. La presentación oficial se realizó ayer en el Museo Nacional de Arte Decorativo y contó con la participación del secretario de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto; el presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Ralph Haiek; la directora artística del Festival, Cecilia Barrionuevo, y José Martínez Suárez, que con 93 años oficiará, igual que desde hace una década, como presidente de un evento cuya ingeniería financiera se ha visto seriamente afectada por la devaluación iniciada en el segundo trimestre. Esto se debe a que si bien el presupuesto de 2018 aumentó respecto al de 2017 y ronda los 70 millones de pesos, una buena parte de los costos, principalmente los derechos de exhibición y los pasajes internacionales, se paga en moneda extranjera.
Frente a esa coyuntura, Avelluto aseguró que la tarea fue “sostener el festival, el único Clase A de la región, contra viento y marea, dándole más brillo e interés”. Luego recurrió a los habituales caballitos de batalla discursivos del oficialismo al destacar “el trabajo en conjunto y la transparencia”. “Queremos que el Instituto no esté más asociado a la corrupción y la oscuridad, queremos que sea un ejemplo y que todos puedan hacer uso de nuestras herramientas sabiendo que todos compiten en igualdad de condiciones por los beneficios que todos los argentinos otorgamos a quienes producen películas”, afirmó antes de diagnosticar que este año hubo “récord de rodajes”. “El cine es una formidable herramienta de nuestra cultura. No sólo queremos que se produzcan más películas y en mejores condiciones, sino que sean vistas por más público en diversas plataformas”, dijo.
La presentación sirvió para adelantar los principales lineamientos de un festival que volvió a modificar su extensión. Originalmente pautado entre el 8 y el 18 de noviembre, se lo redujo del 10 al 17 debido a los recortes, pero finalmente se realizará entre el 10 y el 18. Ese último domingo las entradas serán gratuitas y se verán, entre otras, las películas premiadas el día anterior. La apertura estará a cargo de Sueño Florianópolis, de Ana Katz, mientras que a Roma, de Alfonso Cuarón, le tocará bajar el telón. Para Barrionuevo, el evento costero campeará entre la “tradición y la innovación” gracias a una programación “más consistente, audaz y orgánica”. La directora artística destacó al realizador Léos Carax y a los actores Jean-Pierre Léaud (el inolvidable Antoine Doinel) y Pierre Richard como invitados estelares, y se refirió al principal cambio en la estructura de programación: a las seis competencias tradicionales –Internacional de Largos, Latinoamericana de Largos y Cortos, Argentina de Largos y Cortos y Work In Progress– se le sumará Estados Alterados, que durante una década fue parte de la inmensa sección Panorama, agrupando las propuestas más radicales. “Con el paso de los años, muchos títulos que en una época solo podrían haber encontrado su lugar en esta sección empezaron a aparecer en otras competencias y espacios del Festival, como si se tratara de un virus benigno pero molesto. Su espíritu se fue filtrando en toda la programación”, escribió el programador Marcelo Alderete en el catálogo.
La Competencia Internacional tendrá doce películas, dos menos que en 2017. La Argentina estará representada por Muere, monstruo, muere, en la que Alejandro Fadel (Los salvajes) propone, en palabras del catálogo, “una exploración brutal sobre la psiquis, un universo de locura y miedo en el que cierto mal se expande –una posible manifestación de violencia de género– y afecta los cuerpos de los protagonistas”. La segunda producción nacional marca el debut en esta sección de Iván Fund. La última película del director de Hoy no tuve miedo, AB y Toublanc se llama Vendrán lluvias suaves y se presenta como un relato infantil que cruza el universo de Los Goonies con el de Súper 8. Los locales no la tendrán nada fácil en una competencia que incluye títulos de la talla de Belmonte, de Federico Veiroj (La vida útil, El apóstata); Entre dos aguas, de Isaki Lacuesta; If Beale Street Could Talk, de Barry Jenkins (Luz de Luna) y la demoledora What You Gonna Do When the World’s on Fire?, de Roberto Minervini, a quien Mar del Plata le dedicó un foco en 2015.
Otra competencia reducida es la Latinoamericana, que pasó de 14 películas en 2017 a las 11 actuales, cinco de ellas argentinas. Allí se destaca La migración, de Ezequiel Acuña, que promete una nueva aproximación al universo nostálgico de La vida de Alguien. La representación local se completa con Introduzione all’oscuro, de Gastón Solnicki; Para la guerra, de Francisco Marise, y Rosita, de Verónica Chen. Fuera de competencia se verá Chubut, libertad y tierra, de Carlos Echeverría. Por su parte, la Competencia Argentina tendrá once contendientes, una menos que el año. A saber: Construcciones, de Fernando Martín Restelli; El árbol negro, de Maximo Ciambella y Damián Coluccio; El día que resistía, de Alessia Chiesa; El hijo del cazador, de Germán Scelso y Federico Robles; El llanto, de Hernán Fernández; El lugar de la desaparición, de Martín Farina; Julia y el zorro, de Inés María Barrionuevo; La cama, Mónica Lairana; La huella de Tara, de Georgina Barreiro; Yo niña, de Natural Arpajou, y La boya, de Fernando Spiner.
Por fuera de las competencias, la novedad más significativa es la aparición del apartado Sentidos del Humor. El resto de la estructura no presenta mayores cambios. Se mantiene firme junto al pueblo cinéfilo la clásica sección Autores, que congrega los últimos trabajos de más de 35 realizadores y realizadoras de amplia reputación internacional. Aquí estarán, entre otros, Jia Zhang-ke (Ash Is Purest White), Lee Chang-dong (Burning), Olivier Assayas (Doubles vies), Hong Sang-soo (Hotel by the River), Albert Serra (Roi Soleil), Frederick Wiseman (Monrovia, Indiana), Corneliu Porumboiu (Infinite Football), Sergei Loznitsa (The Trial) y Tsai Ming-liang (Your Face). Deleite de quienes piensan el cine como una celebración colectiva, Hora Cero vendrá reducida a una expresión mínima: de las 25 películas de 2016 se pasó a 9 el año pasado, y ahora a 6. También siguen Banda Sonora Original, Mar de Chicos, Las Venas Abiertas y el Panorama de Cine Argentino, además de los homenajes y retrospectivas (este año serán a Pierre Richard, Wolfgang Staudte, Laura Huertas Millán, Maya Deren y Hal Ashby) y la exhibiciones de copias restauradas de películas internacionales y nacionales, entre las que se destaca La hora de los hornos, a cincuenta años de su creación.