Fallecieron 743 trabajadores durante 2017 en accidentes laborales. La información elaborada por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo representa un incremento del 5 por ciento frente a los registros del año anterior. El informe anual de la dependencia oficial refleja por primera vez en seis años un aumento en el índice de accidentes mortales. La medición para la incidencia de fallecidos por cada millón de trabajadores cubiertos en el sistema registraba caídas desde 2011. Impulsado por el incremento en los incidentes fatales en sectores como finanzas, minería, transporte, agropecuario y comercio, el indicador ascendió de 76,5 a 79,2 el año pasado. Pese al cambio en la tendencia, las cifras se encuentran por debajo de los niveles observados a lo largo de los últimos diez años. 

A pesar del incremento observado en los fallecimientos, el informe de la SRT destacó, sin embargo, que “bajó la accidentabilidad laboral en las principales actividades económicas”. Los registros del sistema muestran una caída de 4,6 por ciento en los accidentes laborales. Los empleadores y aseguradoras contabilizaron 580.328 casos en 2017. “La reducción no es consecuencia de los métodos de prevención de riesgos y del correcto funcionamiento del sistema”, advierte un informe realizado por los letrados expertos el Espacio Intersindical Salud Trabajo y Participación. Desde su perspectiva la “mejora” en los indicadores de accidentes es “una consecuencia de los problemas estructurales del sistema de riesgos de trabajo que subregistra enfermedades profesionales y no incrementa los niveles de cobertura así como de los de desajustes macroeconómicos observados desde el año pasado”. 

El universo de la siniestralidad laboral relevado no contempla a los trabajadores informales ni los siniestros no reconocidos por empleadores y aseguradoras. Por eso el documento elaborado por el abogado laboralista Gastón Valente enfatiza la existencia de un de subregistro de enfermedades profesionales. “Ante una enfermedad no reconocida o rechazada, no existe prevención de riesgos, y su cobertura queda a cargo del trabajador, a través de su obra social o sistema público. El descenso en las estadísticas del reconocimiento de las enfermedades profesionales no es una buena noticia”, sostiene Valente. Las enfermedades profesionales son ignoradas por el sistema que el año pasado apenas reconoció 13.872 casos, el nivel más bajo de la última década.  

Las modificaciones introducidas por el gobierno de Mauricio Macri al sistema de riesgos del trabajo estuvieron en línea con el histórico reclamo de las cámaras empresarias y las aseguradoras: restringir la capacidad de los trabajadores para iniciar acciones legales, minimizar sus riesgos y reducir los costos que deben asumir los empleadores. Implementadas en un escenario de deterioro de la estructura laboral, las medidas no buscaron mejorar las condiciones de seguridad e higiene de los trabajadores. 

Sobre el total de los fallecimientos adjudicados a tareas laborales el año pasado se registraron 390 muertes por accidentes de trabajo, 337 fatalidades durante el trayecto hacia o desde el puesto (in itinere), 5 fallecimientos por enfermedades profesionales y 1 en situación de reingreso a un tratamiento. “Son preocupantes las señales vinculadas al aumento en los indicadores referidos a la cantidad de fallecimientos que ascienden por primera vez desde el año 2011, siendo los sectores aquellos altamente beneficiados por el modelo económico los que más aumentaron”, remarca Valente en el informe.