La familia de Cristian Enrique está desesperada. El martes pasado, el chico de 22 años iba con su novia en su Chevrolet Vectra, cuando un vehículo blanco, sin patente, los interceptó en la esquina de Las Tacuaritas y El Ceibo, en Cabín 9 de Pérez. Lo bajaron de su auto y lo subieron al otro. Su novia relató que quienes los pararon eran personas armadas y que al menos uno estaba vestido con chaleco de la Policía de Investigaciones (PDI); los demás tenían gorra y remera de la fuerza. “Más que una búsqueda de paradero, esto ya es un secuestro”, denunció José, el padre del muchacho, sobre la causa que se abrió en Fiscalía. Tras varios días sin noticias, ayer la familia y vecinos se movilizaron al Centro de Justicia Penal para pedir que el chico sea buscado. “No desapareció. Se lo llevaron”, rezaban los carteles de familiares y vecinos del barrio del que también desapareció Valentín Reales, de 14 años, en 2016.
Entre las 14.30 y las 15 del martes pasado, José recibió el llamado de la novia de su hijo. “Ella me dijo que se les cruzó un auto blanco, aparentemente un Chevrolet, sin patente, con cuatro integrantes. Dos bajaron con armas de fuego en las manos y se anunciaron como policías. El que se le paró a ella al lado tenía chaleco de la PDI, y a los otros les vio gorra y chomba, también. Le decían que se baje, a los gritos. Lo chuparon adentro del otro auto y se fueron”, relató el hombre sobre lo que contó la chica, todavía shockeada y en estado de crisis.
Pasada esa noche, hicieron la denuncia el miércoles en la comisaría 18º de Pérez. El jueves, presentaron un recurso de hábeas corpus manuscrito, por entender que la situación “no daba para esperar más”. En tanto, el caso llegó ayer a la Fiscalía y fue remitido a la Unidad de Búsqueda de Paradero, según indicaron a este diario desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Carina, la madre del muchacho que vivía con su novia, dijo estar “muy mal”, por lo que ayer, pasado al mediodía, decidieron movilizarse hasta el Centro de Justicia Penal, de Sarmiento y Virasoro. “Quiero que lo busquen, porque se lo llevaron, quiero saber dónde está”, demandó. “Es horrible esta situación, estamos muy desesperados”, agregó José, quien veía poco a Cristian, pero rápidamente llegó al lugar del hecho cuando la chica lo llamó. “Lo último que yo sabía es que él estuvo trabajando de albañil, con el abuelo, pero estamos averiguando si hay algo más, si hay que pedir custodia para su familia”, dijo. El hombre agregó que hace ocho meses, Cristian fue detenido con otro muchacho por un hecho de robo, pero que no hubo pruebas para acusarlo, por lo que ambos recuperaron la libertad. Incluso, el martes se comunicaron con hospitales y comisarías, pero no tuvieron noticias de su paradero. Es decir que si hubo una detención, no fue informada. “A mí nadie me vino a decir nada”, se quejó Carina.
Para el padre de Cristian, el caso debería ser investigado como un “secuestro”. Y advirtió: “Esto de búsqueda de paradero a mí no me suena, por cómo se dieron las cosas”, señaló. Al mismo tiempo, dijo tener personas conocidas en algunas de las fuerzas federales y que le dijeron que “no hay ningún indicio”. “No sabemos qué más hacer”, lamentó.