El FBI detuvo a un presunto sospechoso luego de conocerse ayer el envío de dos nuevos paquetes con bombas caseras a opositores del presidente Donald Trump. Sin embargo, la oficina de investigaciones alertó que no descarta nuevos envíos con explosivos. Mientras tanto Trump y Robert De Niro, conocido opositor demócrata y quien recibiera un paquete explosivo el jueves, llamaron a expresarse en urnas el seis de noviembre a sus respectivos seguidores.
La Policía Federal estadounidense arrestó al hombre conocido como Cesar Sayoc, un neoyorquino de 56 años, en un centro comercial en Plantation, en el norte de Miami. La prensa local informó que el sospechoso manejaba una camioneta blanca cubierta de calcomanías alusivas a Trump. Las imágenes aéreas difundidas muestran que los oficiales cubrieron el vehículo con una lona azul y lo llevaron a remolque y fuertemente custodiado a una sede del FBI en Miami. Una portavoz del Departamento de Justicia confirmó que la persona detenida está bajo custodia policial para ser interrogado.
Todos los paquetes fueron enviados en sobres de papel madera con interior de plástico con burbujas, etiquetas de dirección impresas en computadora y seis sellos con la bandera estadounidense. El jefe del FBI, Christopher Wray, confirmó que cada uno de los paquetes enviados incluía un tubo, un pequeño reloj, una batería, cables y material potencialmente explosivo. “El arresto de hoy no significa que estamos fuera de peligro”, añadió, aclarando que la investigación no está cerrada. “Aun hay muchas preguntas por responder” manifestó.
Por su parte el fiscal general Jeff Sessions afirmó que Sayoc fue acusado de cinco cargos y podría pasar 58 años en prisión. “Esto es totalmente inaceptable. La violencia política o la amenaza de violencia es lo opuesto a nuestro sistema de gobierno”, dijo Sessions en una conferencia de prensa en Washington. “No toleramos este tipo de ilegalidades, especialmente la violencia política”, añadió. Los últimos destinatarios de los paquetes sospechosos fueron el senador demócrata Cory Booker, potencial candidato demócrata para las elecciones de 2020 y el ex director de inteligencia nacional, James Clapper. El FBI confirmó así el envío de los paquetes número 11 y 12, que se suman a los otros diez supuestos explosivos de fabricación casera, que fueron interceptados desde el lunes pasado.
Al conocerse la detención del sospechoso en Miami, el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, afirmó que el detenido habría actuado solo. “En Internet se pueden encontrar indicaciones para fabricar bombas”, indicó el neoyorkino en una entrevista al canal MSNBC. Las bombas no eran falsas pero que tampoco estaban construidas de forma muy pretenciosa, agrego. “No me sorprendería que haya más paquetes”, afirmó el gobernador de Nueva York. Además, señaló que Trump y toda la dirigencia política son culpables de la polarización que asecha a Estados Unidos. “Si no frenamos esta locura política, este fervor, este rencor u odio lo volveremos a vivir” consideró.
Mientras tanto Trump elogió al FBI por su “increíble trabajo” en la detención de Sayoc, y denunció que los paquetes-bomba afectan las elecciones de los republicanos de cara a los comicios legislativos del seis de noviembre. “A los republicanos les está yendo tan bien en la votación temprana, y en las encuestas, y ahora suceden estas cosas de ‘Bombas’ y el ímpetu se desacelera en gran medida: los informativos no hablan de política. Muy desafortunado lo que está pasando. Republicanos, ¡salgan y voten!”, escribió el mandatario en la red social Twitter. Horas más tarde, en un acto realizado en la Casa Blanca, el mandatario se refirió a los paquetes-bomba como un acto vil y atemorizante que no tiene lugar en Estados Unidos. “No debemos permitir nunca que la violencia política eche raíces en Estados Unidos. No podemos permitirlo”, afirmó.
Desde la vereda opuesta Robert De Niro, llamó al pueblo estadounidense a expresarse en las urnas. “Hay algo más poderoso que las bombas, y ese es su voto”, dijo la estrella de Hollywood de 75 años. “La gente DEBE votar”, afirmó un día después de recibir un paquete-bomba en su productora audiovisual.
Por otra parte, el ex vicepresidente Joe Biden, otro blanco de los paquetes, pidió a los ciudadanos actuar con calma y terminar con el debate del odio. “Tenemos que empezar a recomponer este país”, dijo Biden en un discurso en la Universidad Estatal de Nueva York en Buffalo según informó el canal NBC. “Esta división, este odio, estas cosas desagradables tienen que acabar. Las palabras importan (...) Nunca jamás he considerado a un oponente político como un enemigo. Es un oponente en un debate de ideas, no un enemigo”, agregó el ex funcionario sin mencionar a Trump pero con un claro guiño a la prensa. “Señoras y señores, la prensa no es el enemigo del pueblo”, dijo entre aplausos.
La investigación en curso está concentrada en Florida, desde donde los investigadores creen que se enviaron algunos de los paquetes que fueron interceptados desde el lunes, en medio de una tensa campaña legislativa de mitad de mandato del gobierno republicano. Los paquetes estaban dirigidos a prominentes figuras demócratas, como el presidente Barack Obama, la excandidata presidencial Hillary Clinton y la cadena de noticias CNN, conocida por su cobertura crítica del gobierno. Los últimos afectados fueron Booker, potencial candidato para las presidenciales de 2020 y el ex director de inteligencia. El miércoles CNN evacuó el canal luego de encontrar un paquete similar al que recibió ex director de la CIA John Brennan, a quien Trump revocó en agosto el beneficio de acceso a información clasificada. El envío de los paquetes, interceptados en Nueva York, Maryland, Florida, Delaware y Los Ángeles, ha sido calificado de “terrorismo interno” tanto por políticos republicanos en el poder como por los demócratas en la oposición. En todos los paquetes el falso remitente es el mismo: la legisladora por Florida Debbie Wasserman Schultz, expresidenta del Comité Nacional Demócrata, quien al conocer esta información dijo a reporteros que estaba devastada y fuertemente conmocionada por cómo se usó su nombre.