El juez Luis María Caterina negó el beneficio de las salidas laborales a un joven de 19 años que mató de un disparo a su novia adolescente, a fines de julio pasado. Se trata de José Luis G., imputado en agosto pasado por el femicidio de Sabrina Brisa Sarabia, de 17 años, en la localidad de Roldán. En aquel momento, el fiscal de la Unidad de Homicidios, Luis Schiappa Pietra, le imputó el delito de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego, solicitando la medida cautelar de prisión preventiva sin plazo.
"Se me disparó el arma", dijo el chico, cuando fue imputado. La bala le dio directo en el cráneo a su novia, en una vivienda de Roldán, donde fueron a pasar la noche.
Para la defensa del imputado, se trató de "un accidente". Pero el fiscal apuntó a un crimen intencional y manifestó dudas sobre la forma y la corta distancia a la que se efectuó el disparo.
Cuando fue imputado, José Luis relató lo sucedido aquella noche: "Habíamos ido a dormir al campo y como robaron un par de veces yo llevé una pistola por las dudas. La quise cargar, por miedo, para tenerla cargada, y se me disparó. En lugar de tirar para atrás el fierrito, apreté el gatillo", dijo. En la previa, tanto el chico como testigos relataron que estuvieron en un lugar con amigos tomando vino y de ahí se fue con la chica a dormir a la casa "del campo", como la llamó el imputado.
Hacía dos meses que los jóvenes estaban saliendo y hasta el momento en la causa nadie reveló que la relación fuera violenta. Solo una amiga de la víctima dijo que esa noche José Luis estaba "serio", que "se quería ir", expresaron fuentes de la investigación.
El joven dijo que antes de ir a dormir a la casa donde ocurrió el hecho, fue a su casa -a tres cuadras- a buscar la pistola que estaba arriba del ropero y que su padre le había prestado anteriormente para "ir a tirar tiros". Las dudas del fiscal con respecto a que se haya tratado de un accidente tienen que ver con que si bien la jovencita recibió un solo disparo en el costado izquierdo del cráneo, afuera de la casa se encontró una segunda vaina del mismo arma. Además, las pericias preliminares dieron cuenta de que el disparo mortal se produjo a una distancia de "entre dos y cinco centímetros" de la cabeza de la joven, ya que dejó la zona con "ahumamiento". Tampoco resulta lógico, para la fiscalía, que el disparo se haya escapado mientras cargaba la pistola calibre 22.
Tras el hecho, el chico dijo haber intentado "despertar" a Brisa, pero al no lograrlo corrió hasta su casa y despertó a su padre, quien fue al lugar donde ocurrió el crimen. De allí fueron a la comisaría y el muchacho atinó a decir que le habían entrado a robar, pero luego dijo que se le había disparado el arma.
Ayer, y tras permanecer cinco meses preso solicitó salidas laborales, pero a pedido de la fiscal Marisol Fabbro, el juez Caterina denegó el beneficio.