Frente a las protestas por los proyectos de un Mundial de Clubes reformado y de una Liga Mundial de Naciones, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, tuvo que temporizar durante el plenario de Ruanda y aceptar la creación de una comisión para estudiar la viabilidad de nuevas competiciones. El dirigente ítalo-suizo, candidato a la reelección en junio de 2019 para seguir al frente de la casa de Zurich, tuvo que recular ante la oposición de sus propuestas, especialmente por parte de la UEFA, que denunció un proceso precipitado y falto de transparencia. Por otro lado, se aprobaron las recomendaciones sobre la reforma del mercado de fichajes, con la recuperación de la licencia de agente de jugador y la limitación de las cesiones de los futbolistas.
Infantino esperaba que sus propuestas fueran adoptadas para enriquecer su balance, que aún no convence a buena parte de los actores del fútbol mundial. Pero las conversaciones tuvieron momentos de tensión en Kigali. El Fórum Mundial de las Ligas (WLF) –compuesto por el dirigente de la potente liga inglesa, Richard Scudamore; el director general de la liga alemana, Christian Seifert; y el titular de la liga mexicana Enrique Bonilla– señaló que no había sido consultado. Así y todo, fue la oposición de la UEFA la que hizo que Infantino diera un paso atrás en sus aspiraciones durante el presente consejo de la FIFA.
“Tomamos la decisión de establecer una comisión para reforzar el proceso de consulta en relación a la perspectiva de un Mundial de Clubes renovado y de una Liga Mundial de Naciones”, declaró Infantino. Esta comisión ofrecerá sus conclusiones en marzo en Miami, durante la próxima reunión del consejo de la FIFA, órgano del fútbol mundial compuesto por 37 miembros.
Infantino sueña con lanzar de la mano de la Liga de Naciones Mundial una especie de mini Mundial, que reagruparía cada dos años a ocho selecciones nacionales. Y desea asimismo relanzar el interés sobre el Mundial de Clubes, que se disputa cada año en diciembre con siete clubes y que despierta escaso interés en Europa. El nuevo formato –con 24 clubes, 12 de ellos europeos– se jugaría cada cuatro años y ocuparía el lugar de la Copa de las Confederaciones, que se disputa un año antes del Mundial. Pero los opositores a las reformas critican el riesgo de un calendario sobrecargado y acusan al dirigente ítalo-suizo de querer sacar adelante los proyectos a la fuerza. Asimismo, la UEFA teme que estas nuevas competiciones hagan sombra a la Liga de Campeones y a su nueva Liga de Naciones. “Estamos abiertos a toda idea o propuesta”, remarcó Infantino, que señaló además que la FIFA está en contra de los planes del campeonato español de deslocalizar el partido entre el Girona y el Barcelona en los Estados Unidos.
Por último, se aprobaron las recomendaciones sobre la reforma del mercado de fichajes, que prevé la instauración de un reglamento de agentes que incluya la obligación de una licencia y un examen, además de la limitación en las cesiones de los futbolistas. Para ello, una subcomisión deberá tratar con la Asociación Europea de Clubes (ECA), el WLF, el sindicato de jugadores FifPro, así como con las federaciones, confederaciones y la FIFA.