Desde el 1º de noviembre, cualquier quebequense podrá recibir una inusual sugerencia de su doc en venideros chequeos: ya no tal o cual droga (legal) sino una receta... para visitar un museo. Específicamente, el Museo de Bellas Artes de Montreal, que se ha asociado con Médecins francophones du Canada para echar a rodar este peculiar programa piloto que durará un año y que, aseguran desde el país del arce, es el primero en su tipo a nivel global. “Cada vez hay más pruebas científicas de que la terapia artística es buena para la salud física. Aumenta nuestro nivel de cortisol y nues- tro nivel de serotonina”, subraya la médica Hélène Boyer, vicepresidenta de Médecins Francophones du Canada, y agrega: “La gente suele pensar que solo es buena para personas con problemas de salud mental, pero ese no es así, también ayuda a pacientes con diabetes, con cuidados paliativos, con enfermedades crónicas...”. De allí que el doliente no necesite costear la entrada de 23 dólares al museo: con la recomendación certificada de su doc, invita el sistema de salud gratuito de Canadá. Vale aclarar, empero, que los médicos solo podrán prescribir el tratamiento hasta 50 veces por año (cada receta es válida para que el enfermucho asista con otro adulto y hasta 2 niños). “Sabemos que el arte estimula la actividad neuronal, que realmente puede ayudar al bienestar de las personas”, dice la directora del Bella Artes de Montreal, Nathalie Bondil, cuya institución participa actualmente de varios ensayos clínicos que estudian los efectos (positivos) de pinturas, esculturas y otras manifestaciones en pacientes que padecen trastornos alimentarios, cáncer de mama, epilepsia, Alzheimer y demás.
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