Una feroz pelea entre presos estalló ayer en un cárcel de Natal, en el nordeste de Brasil, el mismo escenario en el que el pasado fin de semana se reportó la matanza de 26 reos por un ajuste de cuentas entre bandas criminales.

Las autoridades dijeron que en la gresca de ayer hubo muertos y heridos graves, aunque sin precisar cantidades, de acuerdo con reportes coincidentes de las agencias internacionales de noticias.

La situación en la prisión de Alcaçuz, la mayor de la ciudad brasileña de Natal, está “fuera de control”, admitió el gobernador del estado de Río Grande do Norte, Robinson Faria, quien añadió que la violencia se ha trasladado a las calles.

El descontrol en esta cárcel ahonda la crisis en la que está el sistema penitenciario brasileño, donde más de 130 presos fueron asesinados desde el comienzo del año durante peleas entre grupos delictivos vinculados con el narcotráfico.

El presidente de Brasil, Michel Temer, autorizó esta semana a las Fuerzas Armadas a acudir en ayuda del servicio penitenciario para dar apoyo a los guardias y desarrollar tareas de inspección que puedan a aportar a la calma que buscan las autoridades.

La violencia dentro de la cárcel de Natal se trasladó incluso a las calles de Rio Grande do Norte, donde se reportaron ataques a comisarías y el incendio de varios colectivos.

La agencia italiana Ansa informó que 21 colectivos, seis vehículos y un camión fueron incendiados en Natal y en otras ciudades vecinas como Caicó, Parnamirim, Maxaranguape, Bento Fernandes y Macau.

“Están prendiendo fuego a los autobuses como represalia por la separación de las facciones en los presidios. La situación es mucho más grave que ayer. Necesitamos de un socorro inmediato”, dijo ayer Faria en declaraciones a la emisora local CBN.

La televisión local tomó imágenes en las que se ve que grupos de presos de bandas antagónicas estaban en los patios de Alcaçuz separados por débiles barricadas levantadas con colchones y pedazos de madera.

La policía disparaba balas de goma y granadas de gas lacrimógeno desde las casillas de guardia, pero sin ingresar a los patios. En tanto, otro preso murió y siete resultaron heridos la noche del miércoles en una rebelión registrada en otra cárcel de Río Grande do Norte. 

El motín comenzó en la Penitenciaria Estadual do Seridó, en la localidad de Caicó, en el interior del estado, y fue controlado en unas horas por los agentes penitenciarios, de acuerdo con la Coordinadora de Administración Penitenciaria.

El gobierno de Río Grande do Norte transfirió el miércoles a unos 200 presos supuestamente ligados a la facción Sindicato del Crimen (SDC) en una operación en la que participaron agentes del Batallón de Operaciones Especiales (Bope) y de la Policía de choque.

Con esta acción, las autoridades esperan retomar el control del penal, pues desde hace tres días los internos viven amotinados y en varias ocasiones se ha visto cómo integrantes de la banda Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor facción del país, y miembros del SDC se subían a los tejados con banderas, palos y camisas en las cabezas.

En paralelo al traslado, encapuchados prendían fuego a autobuses de transporte público y hasta a un vehículo del gobierno estatal en las calles de Natal y en varias regiones metropolitanas.