La política externa de un eventual gobierno de Jair Bolsonaro estará guiada por el intento de establecer relaciones preferenciales con Washington, para lo cual contaría con el apoyo del senador republicano de Florida Marco Antonio Rubio. El ex canciller Celso Amorim considera que si Bolsonaro llega al gobierno habrá una subordinación directa respecto de la administración de Donald Trump. El candidato a vicepresidente de Bolsonaro, general Hamilton Mourao, respaldó el futuro envío de “tropas de paz” brasileñas al país caribeño. Y el diputado reelecto Eduardo Bolsonaro, hijo del candidato, prometió “liberar a nuestros hermanos venezolanos del hambre y del socialismo”.
Para Amorim, que comandó el Ministerio de Relaciones Exteriores durante los ocho años de mandato de Luiz Inácio Lula da Silva, “en la hipótesis de que haya un gobierno de ese candidato (Bolsonaro) él podrá promover algún acto violento en América del Sur a partir de cualquier pretexto”. El diplomático mencionó las recientes visitas a Brasilia del vicepresidente norteamericano Mike Pence y el secretario de Defensa , general James Mattis. Durante su paso por Brasilia y Río de Janeiro, “Mattis sugirió que Brasil sea más duro con Venezuela. Y yo me pregunto ¿qué es ser más duro con Venezuela?, si ya no tenemos embajador en Caracas, si fueron enviadas tropas a la frontera, todo esto nos hace temer que pueda ocurrir algo peor”, razonó Amorim. “¿Qué podemos esperar de un candidato que hace la venia ante la bandera de Estados Unidos?”, remató el diplomático refiriéndose a un viaje de Bolsonaro en 2017 a los estados de Florida y Nueva York.
Luego de aquella gira norteamericana de 2017, Bolsonaro habría tenido un encuentro reservado en marzo pasado con el senador republicano Marco Antonio Rubio, publicó la revista Carta Capital. Rubio es un exponente de del lobby cubano en Senado que, al parecer, está interesado en ampliar el radio de influencia hasta América del Sur. En agosto pasado el senador Rubio recibió al diputado Eduardo Bolsonaro, que en ese mismo viaje conversó con Steve Bannon, ideólogo de la ultraderecha global, y quien en 2016 dirigió la campaña electoral de Trump.