–¿Qué evaluación hace de la situación del país?
–La veo muy complicada. El gobierno ya lleva tres años de gestión y hoy nuevamente hemos vuelto a una situación similar a la de los años 2000 y 2001 cuando la economía argentina estaba monitoreada y no sé si conducida por el FMI. En la Argentina ya tenemos experiencia de esto y en el mundo no se conoce que haya un país que haya salido adelante siguiendo las recetas del Fondo. Nosotros ya veníamos de una concentración económica muy grande y se está dando una muchísima mayor en beneficio de los sectores especulativos. La enormidad de fondos que se fugaron en estos años es tremenda y lo sienten todos los sectores. Por eso veo un futuro oscuro.
–Usted comenzó hablando de 2001. ¿Este gobierno puede terminar igual?
–Según algunos economistas hay una diferencia sustancial. Socialmente estamos peor pero la diferencia está en que los bancos hoy están llenos de dinero. En aquel tiempo todavía no teníamos una franja de excluidos tan importante como ahora. En todo caso ahí o un poco antes comenzó a crecer esa franja de excluidos. Hace 10 años que en la Argentina los que más ganan son los que apuestan a la especulación financiera. Ese solo dato le demuestra que el país no va para adelante porque ninguno crece con la especulación sino con producción y trabajo.
–¿Entonces no hay estallido porque los bancos tienen dinero?
–Sí. Hoy no hay necesidad de un corralito porque recordemos que eso fue lo que provocó el estallido cuando se le sacó la plata a todo el mundo. Hoy hay dinero en los bancos pero no sé hasta cuándo se puede sostener esto.
–Al principio del gobierno la CGT fue condescendiente y luego vinieron los reclamos y los paros. ¿Fue correcta esa estrategia?
–En términos generales digo que sí. Creo que hubo un momento de crisis importante después de las elecciones de 2017, lo vimos y lo aceptamos en la CGT. Ahí hubo algunas diferencias muy marcadas. Incluso en el paro de fin de año hubo muchos gremios que votaron la medida y después no lo cumplieron pero creo que con el avance de la crisis aunó posiciones. Hoy está más claro porque no hay diferencia de diagnóstico. Ahora estamos en el marco de discutir una nueva medida de fuerza.
–¿Es suficiente otro paro de 24 horas?
–Yo quiero un paro de 36 horas y con movilización. A mi me gusta esta modalidad porque hay que hacer una demostración en la calle. Es importante expresarnos y, obviamente, tenemos que cuidarnos de las provocaciones para que no ocurra lo del Presupuesto porque se ve que hay quienes trabajan para que este tipo de situaciones sucedan. Hay que organizarse bien pero lo seguro es que la CGT tiene que expresar de manera masiva su reclamo. Mire, en el Coloquio de Idea el gobierno sólo habló de la reforma laboral y eso prueba que lo que les importa es precarizar para que cierren los números.
–¿Tiene fecha ese paro?
–Siempre se habló de noviembre pero lo más importante es que haya coincidencia con la mayor cantidad de sectores. Lo que declararon los secretarios generales va en ese sentido. El próximo miércoles nos vamos a reunir y espero que haya consenso porque no hay ninguna buena noticia para los trabajadores.
–¿Cómo está su relación con Hugo Moyano?
–Con Moyano seguimos siendo amigos pero no comparto la decisión de haberse ido de la CGT porque se fue hasta sin discutir. Entiendo que hoy Camioneros está en la mira del gobierno que no sólo los quiere encarcelar, como dice la CGT, sino también golpear a los trabajadores. Mire, el gobierno hace seis meses envió sus operadores a recorrer juzgados y fiscalías para ver dónde conseguía que se los detengan. Fueron operadores del gobierno, no era como dice Lilita Carrió que era (Germán) Garavano. Lilita presionó y otros operadores también para ver dónde reactivar causas contra Moyano y lo sé por los jueces que dijeron que no. Todo es alimentado por los medios de comunicación que dicen que con Moyano preso se arregla todo pero creo que se va a agravar. El gobierno busca escenarios de conflictos para 2019.
–La vieja estrategia de polarizar.
–¡Claro! El gobierno piensa que de esa manera puede conservar lo que tiene pero así vamos al desastre porque no se puede decir primero que vendrán los brotes verdes, luego que lo peor ya pasó y ahora dicen que todo es responsabilidad de los trabajadores y los sectores populares cuando todo fue fruto del desmanejo del gobierno. Por eso creo que el gobierno necesita escenarios convulsionados para distraer y conseguir lo imposible que sería la reelección.
–Y la oposición debe avanzar en la unidad.
–Se está avanzando pero hay que dejar de lado ambiciones personales. Hay que pensar con visión de futuro. Cuando el sindicalismo reproduce la fragmentación de la política es muy malo. Hay hechos positivos pero todavía hay demasiadas separaciones. Si el sindicalismo estuviera unido le aseguro que hay cambio de gobierno el año que viene porque ordenaría la política.
–Pero la conducción de la CGT dice que prefiere que primero se ordene el peronismo.
–Está bien pero Héctor Daer está en la comisión de acción política.
–¿Eso contribuye a la unidad?
–Creo que sí. De todas maneras le digo que los trabajadores son prioritarios para la unidad. Creo que hay un intento de unidad por lo menos se van haciendo bloques importantes. Lo de Tucumán fue importante porque partió de un renunciamiento como el de (Juan) Manzur que dijo que va a ser candidato a gobernador de nuevo. Hay muchas figuras que aparecen como candidatos. El que salga tiene que ser apoyado por todos.
–Ese renunciamiento parece estar siempre direccionado a CFK.
–Yo creo que hay que empezar de cara al futuro. Es fundamental porque nunca se crece para atrás. Los sabios dicen que cuando dudes mira a tu enemigo y si tu enemigo está buscando que Cristina sea la candidata es por algo. Es el único escenario que tiene para pelear por la reelección.
–¿Es factible la unidad con el Frente Sindical para el Modelo Nacional?
–Creo que como siempre se tiene que dar la unidad en la acción. Yo estoy haciendo esfuerzos para eso. Me reúno mucho con Moyano. El tema es sentir el compromiso histórico de lograr la unidad para reordenar la política.