Alrededor de treinta personas quedaron atrapadas la noche del miércoles, en un hotel, el Rigopiano, en la localidad de Farindola, 170 kilómetros al nordeste de Roma y a más de 1200 metros de altura, que fue tapado por un alud de nieve de unos 300 metros de ancho, luego de los cuatro terremotos que se produjeron durante el día. La alta concentración de nieve y los sismos provocaron la tragedia. Dos alojados en el hotel lograron escapar y pidieron auxilio. Los primeros rescatistas que ingresaron dijeron que había muchos cuerpos esparcidos. Hasta anoche los informes indicaban que habían rescatado tres cadáveres. El hotel ofrecía habitaciones y spa a turistas en su mayoría dedicados a esquiar.
Los primeros equipos de socorro del Cuerpo de los Alpinos habían llegado con esquíes al lugar a las 4 de la mañana (medianoche argentina) y rescataron a dos sobrevivientes que habían logrado salir y se habían refugiado en un auto. Uno de ellos, Giampero Parete, se encontraba pasando unos días con su esposa y sus dos hijos de 6 y 7 años, y salió del hotel para buscar algo a su auto. Su familia quedó sepultada. El segundo, Fabio Salzetta, era un bedel del hotel que se salvó porque el alud lo sorprendió en la sala de calderas y logró salir y refugiarse en el auto con Parete.
“Socorro, nos estamos muriendo de frío dentro del hotel”, escribieron a los socorristas Parete y Salzetta.
“Los trabajos de rescate durarán horas y horas, muchas, aún en una condición atmosférica que no es positiva”, dijo Titti Postiglione, de Protección Civil, en rueda de prensa desde Rieti, donde se centralizan las tareas de búsqueda de sobrevivientes del Rigopiano.
Según informaron los rescatistas, la impresionante lengua de nieve que cayó de la montaña, movió 10 metros la estructura del hotel, lo sepultó bajo nieve y mantiene encerradas dentro a unas 30 personas.
Según varias reconstrucciones de los hechos tras el rescate de dos sobrevivientes, los huéspedes del Rigopiano se encontraban en el hall esperando que los fueran a rescatar, tras quedar atrapados por la nieve que caía antes del alud, cuando se produjo la avalancha.
La fiscalía de Pescara abrió una investigación por “homicidio culposo”, luego de que se tuviera la información de que los huéspedes del albergue estuvieron más de dos horas esperando un quitanieves que los transportara antes de la avalancha, de acuerdo a las informaciones preliminares. El alcalde de Farindola, Ilario Lacchetta, lamentó que “las esperanzas de encontrar personas con vida se reducen cada hora”.
Pese a los continuos llamamientos a no polemizar sobre la tragedia, el hombre que recibió la llamada de emergencia enviada por los sobrevivientes, Quintino Marcella, denunció que cuando alertó a las autoridades en un primer momento no le hicieron caso. Marcella dijo que los huéspedes del hotel habían pedido marcharse del lugar tras los terremotos y las nevadas y esperaron durante horas un quitanieves que les abriese el paso.
El hotel, de 4 estrellas, tenía spa, canchas de tenis y pileta climatizada. El hotel quedó “destrozado, ya no existe”, describió un bombero. El edificio de tres pisos, se redujo a uno, cubierto por escombros, árboles caídos y vidrios rotos. La piscina cubierta se congeló tras la ruptura de la marquesina que la cubría.
La avalancha que sepultó al hotel se debió “muy probablemente a la sucesión de eventos sísmicos” de más de 5 grados originados ayer en el centro Italia y se sintieron incluso en la capital Roma, aseguró esta mañana a la RaiNews Carlo Meletti, responsable del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV).
En tanto, el responsable del cuerpo de Carabineros, Vincenzo Romeo, aseguró en declaraciones a la RaiNews que consideraba poco probable hallar sobrevivientes en el hotel porque, tras 15 minutos bajo la nieve, aumentan las posibilidades de “morir por asfixia o hipotermia”.
En esa línea, según cita el sitio web del diario La Repubblica un grupo de socorristas que pudo llegar en esquí al lugar aseguró que llamaron a los gritos pero “nadie respondió”.
“El hotel está destrozado. Ya no existe”, aseguró en tanto un grupo de rescatistas del cuerpo de bomberos citados por el diario.
“Estamos frente a una tenaza sin precedentes. Por un lado un fenómeno meteorológico con nevadas de una intensidad que no se recordaban; y por el otro hechos sísmicos como los de ayer de una intensidad muy elevada. Y se amplifican uno al otro”, aseveró hoy el primer ministro de Italia, Paolo Gentiloni, al dar las primeras informaciones sobre el trabajo de los equipos de rescate.
Por su parte, el embajador argentino en Italia, Tomás Ferarri, afirmó que no hay registrados argentinos entre las víctimas halladas ayer en el hotel.
“No hay argentinos entre las víctimas del alud”, dijo Ferrari.