Sir Paul McCartney se presentó ante una corte en Manhattan en un intento judicial para recuperar los derechos de publicación de 267 canciones clásicas de The Beatles –actualmente en poder de la compañía Sony–, en un caso que puede llegar a tener grandes ramificaciones que alcancen a muchos otros artistas. El músico de 74 años viene tratando de recuperar la propiedad de las canciones que escribió junto a John Lennon –algunas de ellas tan grandes como “Hey Jude” y “Let it be” desde que Michael Jackson superó sus ofertas en los años ochenta. En ese entonces, Jackson compró participaciones de la compañía Sony/ATV, que luego fueron vendidas nuevamente a ese joint venture por los herederos de Jackson, en una operación de 750 millones de dólares que incluyó varias canciones de The Beatles.
La presentación que McCartney realizó ante los juzgados de Manhattan (New York) el miércoles tiene que ver con lo que se conoce como “finalización de copyright”, incluida en una enmienda a la Ley de Copyright estadounidense sancionada en 1976. Esto le da a los autores el derecho a reclamar la propiedad de su trabajo musical una vez que ha pasado una determinada cantidad de tiempo; fue la herramienta con la cual artistas de ese país como Prince, Billy Joel y Blondie recuperaron el control sobre sus creaciones. A pesar de ello, una movida similar realizada por el grupo inglés Duran Duran terminó el año pasado con un fallo negativo: el cantante Simon Le Bon y otros miembros del grupo argumentaron que las leyes de copyright de Estados Unidos les daban el derecho a pedir el control de sus canciones después de 35 años. Sin embargo, los abogados de Gloucester Place Music contrarrestaron con el fundamento de que las leyes inglesas por las que se regía su contrato anulaban esa disposición, y la Corte Suprema desestimó el reclamo, que apuntaba específicamente a los temas incluidos en sus primeros tres discos, los exitosos Duran Duran (1981), Rio (1982) y Seven and the ragged tiger (1983). Los papeles presentados en nombre de McCartney contemplan ese antecedente, ya que señalan su preocupación de que Sony/ATV utilice el fallo contrario a Duran Duran para no ceder el control de las canciones. Allí se señala que Sir Paul quiere un “respaldo sin sombra de dudas a sus derechos”.
Ayer, la edición estadounidense de la revista Rolling Stone reportó que en Sony/ATV manifestaron su “decepción” por la demanda, y la calificaron como “innecesaria y prematura”. “Sony/ATV tiene el mayor de los respetos por Sir Paul McCartney, con quien hemos disfrutado una larga y beneficiosa relación mutua, con respeto por el invalorable catálogo de canciones de John Lennon y McCartney”, señaló un vocero. “Durante décadas hemos trabajado muy cercanamente tanto con Sir Paul como con los herederos de John Lennon para proteger, preservar y promover un catálogo con enorme valor a largo plazo. Nos sentimos decepcionados de que hayan entablado esta demanda, que creemos tanto innecesaria como prematura”.
Las canciones del catálogo Lennon–McCartney, compuestas entre septiembre de 1962 y junio de 1971, caen en la “finalización de copyright” tras 56 años. La primera será “Love me do”, que podría volver a propiedad de McCartney en 2018; otras, como “Come together” y “Get back”, no estarán a su disposición hasta 2025. Con esta movida, McCartney busca asegurarse de que se cumpla la Ley de Copyright sin que haya margen a algún tipo de maniobra dilatoria por parte de Sony/ATV, además de pedir que la otra parte se haga cargo de los gastos legales. La participación de Lennon en las canciones de The Beatles no retornará a sus herederos debido a que su viuda, Yoko Ono, vendió los derechos sobre su música a Sony/ATV en 2009: esos derechos durarán el tiempo completo del copyright, fijado en 70 años.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.